Victoria Ocampo

Alentada por Waldo Frank y Eduardo Mallea, fundó la revista y editorial Sur en 1931, que promovió las obras literarias de autores nacionales e internacionales como Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Ernesto Sabato, Silvina Ocampo, Alejandra Pizarnik, José Bianco, Virginia Woolf, Carl Gustav Jung,[6]​ Andre Malraux, T.E.

Forster, Henri Michaux, Lanza del Vasto, Henry Miller, Vladimir Nabokov, Robert Musil, Yukio Mishima, Georges Bataille, T. Adorno, Walter Benjamin, hasta el cese parcial de su publicación en 1971.

Fue presidenta del Fondo Nacional de las Artes desde 1958 a 1973 y recibió diversas distinciones así como doctorados honoris causa otorgados por varias universidades.

[41]​ En 1939 volvieron a escribirse y él finalizó su carta diciendo: Por esa época, Ocampo se convirtió en la primera mujer en obtener un registro de conducir en Argentina.

[42]​ Hacia 1917, Ricardo Güiraldes publicó su libro Xamaica, cuyo personaje protagónico, Clara Ordóñez, está inspirado en la propia Ocampo.

[32]​ El personaje de Clara transcurre la misma niñez que ella, como así también un matrimonio conflictivo.

[8]​[48]​ Su amistad con Ortega, que la había apodado «la Gioconda de las Pampas»,[49]​ declinó cuando este le comentó a una amiga que Ocampo «perdía el tiempo encaprichándose con un hombre de un nivel intelectual inferior al suyo», en alusión a Martínez.

Sin embargo, los ocho días previstos para su recuperación se convirtieron en dos meses, por lo que Ocampo debió alquilar la casa.

[54]​ En 1930, se encontraron por última vez cuando Ocampo organizó una exposición con sus pinturas en la Galería Pigalle de París, que luego fue exhibida en Berlín y Londres.

[54]​ Raquel Aguirre, la esposa de Juan José Castro, comentó que Ocampo solía invitarlos a comer y como broma les espetaba: La escritora y Ansermet solían discutir en esas reuniones sobre las «bondades interiores» de Marcel Proust.

[66]​ Durante una conferencia sobre Charles Chaplin, Ocampo conoció a Waldo Frank, quien le sugirió que lo visitara en Estados Unidos y fundara una revista literaria.

[72]​ Según su cuñado, el escritor Adolfo Bioy Casares, «... fue un desafío para ella, como abrir un camino en la selva».

[72]​[73]​ Hacia 1933 fue declarada «persona no grata» por la Curia, motivo por el cual su próxima actuación en un festival de beneficencia para ayudar a los pobres fue desautorizada.

[74]​[75]​ A lo largo de su historia, tuvo entre sus colaboradores a figuras literarias como Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, José Bianco, Waldo Frank, Walter Gropius, Alfonso Reyes Ochoa, Thomas Mann, Thomas Stearns Eliot, André Malraux, Henry Miller, Octavio Paz, Gabriela Mistral, entre muchos otros.

[78]​ Durante una estadía en Venecia, la prensa gráfica la definió como la «embajadora intelectual de un pueblo nuevo» y elogió su fluidez con el idioma italiano.

[83]​ En 1938, renunció como presidenta de la UMA al descubrir que las socias comunistas estaban utilizando la organización para beneficio propio.

La escritora dijo que Ocampo tradujo ocho capítulos de The Mint en 1951 en colaboración con Enrique Pezzoni y Ricardo Baeza.

[7]​[99]​ En 1951, una cruz fue pintada en la entrada de su residencia Villa Ocampo, lo que la señalaba como "oligarca disidente" del peronismo.

Ahí convivió con prostitutas y demás criminales femeninas recluidas, procesadas o condenadas por delitos comunes.

Ocampo respondió a la crítica con una nota breve de tono humorístico y, por su parte, Neruda le dedicó un poema titulado Ahora canta el Danubio donde la apodó «Madame Charmante».

Las cien colaboraciones reunidas fueron adjuntadas bajo un volumen titulado Testimonios sobre Victoria Ocampo, con comentarios de Jawaharlal Nehru, Leonard Woolf, Graham Greene, Jacques Maritain, Le Corbusier, Marguerite Yourcenar y T.S.

A partir de ese momento, debió utilizar una prótesis que le permitía comer, beber y hablar.

Según sus allegados, se negaba a ingerir los calmantes para mitigar el dolor ya que la obnubilaban.

[126]​ Ocampo se quejó en múltiples oportunidades de su incapacidad para la creatividad, Inclusive surgieron rumores sobre celos hacia su hermana Silvina por su éxito literario.

[133]​ Villa Ocampo fue remodelada por la escritora de forma tal que intercaló la vieja decoración con detalles modernos.

La propiedad, actualmente perteneciente a la UNESCO, fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1997 y funciona como casa-museo, donde se llevan a cabo diversas actividades culturales como visitas guiadas, exposiciones, muestras de arte, obras teatrales y en algunas ocasiones, conciertos organizados por la Asociación Amigos de Villa Ocampo.

Finalmente, en 1986 fue adquirida por el publicista Nono Pugliese y la modelo Claudia Sánchez, que le devolvieron a la casa su estilo original.

[69]​[145]​ Victoria Ocampo tuvo una estrecha relación con los jardines, los cuales desempeñaron un papel fundamental en su vida y obra.

[147]​ Durante su vida, Ocampo alimentó la desvalorización de su obra en su propia escritura tanto ensayística como autobiográfica.

En sus libros cita en muchas ocasiones a relevantes escritoras como Jane Austen, Elizabeth Barrett Browning, George Eliot y las hermanas Brönte —en especial Emily—.

Manuel Ocampo, su abuelo.
Delfina Bunge, c. 1920.
Victoria Ocampo en una fotografía de 1913.
Victoria Ocampo y Rabindranath Tagore , en 1924, en el parque de Miralrío.
El filósofo alemán Hermann Graf Keyserling .
Victoria Ocampo como directora de Sur .
Josefina Dorado, Adolfo Bioy Casares , Victoria Ocampo y Jorge Luis Borges en Mar del Plata en 1935.
Victoria Ocampo en su juventud.
Gabriela Mistral hacia el final de su vida. Fue la primera persona de origen latinoamericano en obtener el premio Nobel de Literatura .
Victoria Ocampo se pronuncia sobre la violencia, en una conferencia transmitida por Radio Universidad Nacional de La Plata .
Ejemplar de la revista Sur n.º 217/18 de 1952.
El equipo de redacción de Sur en 1961: Ocampo, en el centro, entre Adolfo Bioy Casares , Alicia Jurado y Borges.
Tumba de la familia Ocampo en el Cementerio de la Recoleta , donde reposan los restos de Victoria.
Escritorio de Victoria Ocampo en su residencia de San Isidro .
Ocampo manifestando su opinión sobre la lectura.
Villa Ocampo , la residencia donde vivió 38 años.