Nicholas Georgescu-Roegen

Nicolae ganó una beca allí en 1916, pero su asistencia se retrasó por la entrada de Rumania en la Primera Guerra Mundial.

En la universidad, conoció a la mujer que más tarde se convertiría en su esposa por el resto de su vida, Otilia Busuioc.

Para mantenerse durante sus estudios, dio clases privadas y enseñó en una escuela primaria fuera de la ciudad.

Pero sus estudios progresaron espléndidamente: en 1930, Georgescu-Roegen defendió su tesis doctoral sobre cómo descubrir los componentes cíclicos latentes en las series temporales.

Durante su estadía en Londres, sus anfitriones no solo aceptaron a Georgescu-Roegen como invitado de pago, sino que también le enseñaron los conceptos básicos del inglés, en preparación para sus estudios en el país.

Al darse cuenta de que Georgescu-Roegen era un joven erudito prometedor, Schumpeter quería mantenerlo en Harvard.

Cuando los comunistas llegaron al poder, los principales miembros del Partido Nacional Campesino fueron arrestados y sometidos a juicio en 1947.

Leontief le ofreció a Georgescu-Roegen un puesto en Harvard, e hizo los arreglos necesarios para la pareja antes de su llegada allí.

Mientras trabajaba en Harvard, Georgescu-Roegen fue contactado por la Universidad Vanderbilt, quien le ofreció un puesto académico permanente como profesor de economía.

Recibió varios honores académicos, incluido el distinguido Premio Harvie Branscomb, presentado en 1967 por su empleador, la Universidad Vanderbilt.

En 1971, el mismo año en que se publicó su obra magna, fue honrado como Miembro Distinguido de la Asociación Económica Estadounidense.

[12]​ Sin embargo, Georgescu-Roegen, por su parte, se tornaría más tarde crítico con el trabajo de su alumno (ver abajo).

Sus trabajos contribuyeron significativamente a la bioeconomía o economía ecológica[25]​[26]​[27]​[28]​[29]​ y son la base de la teoría del decrecimiento.

[31]​ En 1988, Georgescu-Roegen fue invitado a unirse al comité editorial de la revista académica recién establecida Ecological Economics, publicada por la Sociedad Internacional de Economía Ecológica; pero aunque la mayoría de las personas que organizaban la revista y la sociedad reconocían y admiraban el trabajo de Georgescu-Roegen, rechazó la invitación: consideraba que tanto la revista como la sociedad no eran más que vehículos para promover conceptos como el desarrollo sostenible y la economía del estado estacionario, conceptos que él mismo descartaba como mal dirigidos e incorrectos (ver más abajo).

Al compararse con un desafortunado hereje y legendario mártir de la ciencia del Renacimiento italiano, Georgescu-Roegen refunfuñó y exclamó: "E pur si muove se suele atribuir a Galileo, aunque esas palabras fueron las últimas pronunciadas por Giordano Bruno sobre la estaca ardiente".

También fue crítico con el uso creciente del formalismo algebraico abstracto basado en ningún hecho de la realidad social.

Ambas cuestiones lo hicieron estar atento a los fenómenos sociales que fueron pasados por alto o tergiversados por el análisis económico neoclásico dominante.

[37]​ Georgescu-Roegen criticó lo que se enseña en las facultades de economía porque simplificaban la realidad y la falsean para adecuarla a sus ecuaciones.

Georgescu-Roegen no es contrario a la tecnología, sino que resalta la necesidad de reflexionar sobre sus aplicaciones para distribuir bien los finitos recursos del planeta, entre todas las generaciones.

De acuerdo con esta perspectiva cosmológica, todas las actividades económicas del hombre están acelerando la marcha general hacia la futura muerte por calor planetario localmente en la tierra.

Georgescu-Roegen argumenta que esta "asimetría" ayuda a explicar el sometimiento histórico del campo por parte de la ciudad desde los albores de la civilización, y critica a Karl Marx por no tener debidamente en cuenta esta sujeción en su teoría del materialismo histórico.

Marx era optimista sobre la futura sociedad comunista; pero Georgescu-Roegen objetó que el conflicto social nunca será eliminado.

A diferencia de los animales, el hombre ha desarrollado instrumentos exosomáticos, es decir, herramientas y equipos.

Esta situación ha convertido la lucha del hombre para mantener la vida y sobrevivir en un conflicto social que es único en comparación con los animales.

[47]​ En sus últimos años, planeó escribir un libro sobre el tema de la bioeconomía, pero debido a la vejez, no pudo completarlo.

Y todo lo que el hombre ha hecho durante los últimos doscientos años más o menos lo coloca en la posición de un derrochador fantástico...

En efecto, cualquier asignación intertemporal concebible del inventario inevitablemente terminará con un declive económico universal en algún momento futuro.

Georgescu-Roegen descartó rotundamente cualquier noción de desarrollo sostenible ya que solo pretendía engañar al público en general.

[49]​ Georgescu-Roegen argumenta que la economía del estado estacionario de Daly no proporcionará salvación ecológica para la humanidad, especialmente a largo plazo.

Este equipo material necesario se suma a la operación "parasitaria" de la energía solar, según Georgescu-Roegen.

Constanţa en 1909
Universidad de Bucarest c. 1921
El campo de intereses de Pearson coincidía con el de Georgescu-Roegen.
Joseph Schumpeter se convirtió en el mentor de Georgescu-Roegen en Harvard.
Depósitos petrolíferos en llamas en Ploesti tras una incursión de bombardeo de la USAAF .
Mapa de Rumania tras la Segunda Guerra Mundial , con indicación de los territorios perdidos por el país respecto a 1939.
Universidad Vanderbilt. KirklandHall
Joan Martínez Alier
La agricultura mecanizada moderna depende en gran medida de los insumos minerales.
Robert Solow es un destacado teórico del crecimiento en la tradición neoclásica.
El proceso de Breit-Wheeler representa el único ejemplo conocido de un proceso en el que la energía (fotones) se transforma en masa (pares positrón-electrón); pero incluso en este caso experimental especial, las partículas elementales resultantes no pueden combinarse para formar estructuras atómicas que tienen un valor económico. Un proceso en el que la energía pura se transforma en materiales útiles aún no se ha descubierto.
La extracción de recursos minerales tarde o temprano se enfrentarán al principio de rendimientos decrecientes
Prometeo I: el dominio del fuego en la era paleolítica. Ilustración de José María Velasco
Prometeo II: La máquina de vapor de la Revolución Industrial.
Prometeo III: colectores solares que devuelven una producción de energía suficientemente grande. Georgescu-Roegen creía que todavía no existía tecnología de este tipo en el mundo en su época.
En la década de 1990, la tecnología de la energía de fusión aún estaba en proceso. La investigación y el desarrollo continúa en la actualidad.