Homo œconomicus

Aunque el término no se usó hasta el siglo XIX, se asocia a menudo con las ideas de pensadores del siglo XVIII como Adam Smith y David Ricardo.Aristóteles discute sobre la naturaleza del interés en Política (Libro II, Parte V): Por lo demás, es poco cuanto se diga de lo gratos que son la idea y el sentimiento de la propiedad.Al igual que en las ciencias sociales en general, estos supuestos son en el mejor de los casos aproximaciones.El término se utiliza a menudo despectivamente en la literatura académica, quizá con mayor frecuencia por los sociólogos, muchos de los cuales tienden a preferir las explicaciones estructurales que las basadas en la acción racional de los individuos.Los supuestos del Homo economicus han sido criticados no solo por economistas sobre la base de argumentos lógicos, sino también por razones empíricas hechas en comparaciones interculturales.Un estudio sobre 15 sociedades con una gran variedad económica y cultural demostró que el modelo Homo economicus no se cumplía en ninguna de ellas, existiendo una alta correlación entre el grado de integración económica y los incentivos a cooperar, por un lado, y el nivel de cooperación en los juegos experimentales realizados por los investigadores.Hacen hincapié en la incertidumbre y la racionalidad limitada cuando se toman decisiones económicas, en lugar de confiar en que el hombre racional esté plenamente informado de todas las circunstancias que afectan a sus decisiones.