Uno de los jugadores (conocido como dictador) divide una cierta cantidad de dinero entre él mismo y el otro jugador (conocido como recipiente).
El juego del dictador tiene una extrema importancia en economía experimental, ya que se ha usado para probar el modelo de conducta individual homo economicus: si los individuos se preocuparan solo de sus propios pagos, los dictadores deberían quedarse con el dinero disponible y no darían nada a los recipientes.
List observa que cuando el dictador puede "quitar" dinero, el comportamiento del dictador cambia y deja de ser tan altruista, para convertirse en algo más egoísta.
[5] Lo mismo ocurre cuando el dinero que hay disponible a repartir es ganado en una fase anterior.
En este caso, si los dictadores trabajan con su esfuerzo para ganar el dinero, serán menos propicios a dar dinero que cuando este es "regalado" por el experimentalista para llevar a cabo el experimento[6]