[9] Debido a su participación en la Octubrada, una intentona carlista que en octubre de 1900 produjo el levantamiento de algunas partidas en Cataluña, se vio obligado a exiliarse del país.
[21] El matrimonio tuvo trece hijos, algunos de los cuales fueron monjas y frailes.
[28] Inicialmente sus hijos mayores se involucrarían en varias iniciativas políticas de su padre.
[15] Según algunas fuentes, se unió a los esfuerzos por construir un "partido católico duro" que promovía la jerarquía eclesiástica local como una alianza católica entre tradicionalistas, conservadores y derechistas.
[31] En los años finales de la dictadura, Mauricio Sivatte participó en la Organización Corporativa Nacional, una peculiar estructura corporativa primorriverista creada para mediar en los conflictos laborales, formando parte del Comité Paritario del algodón.
[37] En una ocasión llegó a ser detenido brevemente por las autoridades tras una manifestación carlista.
[46] Como líder provincial del Tradicionalismo, Sivatte se centró en la formación del Requeté y en actividades de propaganda, actuando en ocasiones como representante de Alier en mítines carlistas.
[52] El nuevo dirigente catalán encomendó a Sivatte la tarea de recaudar fondos para la acción militar prevista.
[54] Sivatte se implicó profundamente en la preparación de la rebelión tanto en Barcelona como en el conjunto de Cataluña, procurando una estrecha colaboración entre la UME y los requetés catalanes en cuanto a las disposiciones militares.
[56] Debido al fracaso de la insurrección en Barcelona, tras dos días de combates los requetés catalanes se dispersaron; algunos murieron, otros fueron capturados y los que pudieron se escondieron o abandonaron la región.
[58] Desde Francia pasó a la zona sublevada[59] y tras la toma de Guipúzcoa por los nacionales, se instaló en San Sebastián.
[71] Probablemente fuera en ese momento cuando Sivatte asumió por segunda vez la jefatura del carlismo catalán.
[72] A medida que el tradicionalismo iba siendo cada vez más marginado en el nuevo entramado político franquista, Sivatte instó al nuevo regente de la Comunión a adoptar una postura decidida.
Dentro del carlismo formó parte de la facción intransigente encabezada por Manuel Fal Conde[77] que trataba de preservar la identidad tradicionalista y se negaba a integrarse en las estructuras franquistas.
[80] Las relaciones entre carlistas y falangistas catalanes continuaron siendo extremadamente tensas, llegando a producir alborotos en no pocas ocasiones.
[81] Finalmente, el régimen reconoció cierto potencial carlista en la región y se permitió a los tradicionalistas una libertad desconocida para otros colectivos.
[90] El jefe catalán insistía en que la Junta de Jefes Regionales y Provinciales debía exigir formalmente a Don Javier, mediante una gran asamblea carlista, poner fin a la confusión originada por una regencia que llevaba alargándose once años.
[103] Los últimos no constituyeron en un principio un organismo formal; se organizaron en torno al Centro Familiar Montserrat, que actuaba más como círculo social que como organización política.
[104] Políticamente Sivatte mantuvo su postura anterior: reconocía a Don Javier como legítimo caudillo carlista, oponiéndose a la fórmula de regencia, al compromiso dinástico y al entendimiento con el franquismo.
[106] Esta situación cambió cuando a principios de los 50 se generalizaron las voces a favor del fin de la regencia, con el apoyo del propio Fal Conde.
[110] Cuando en 1952 avanzó el proyecto de construir en Montserrat un mausoleo dedicado a los requetés muertos en campaña, Sivatte se opuso al mismo por formar parte de la propaganda franquista.
En una nota de 1955 preguntaban: ¿Ha resignado Don Javier su Misión en el general Franco?
[113] Por otro lado, el cese de Fal Conde parecía facilitar la relación con los javieristas,[114] especialmente cuando en 1956 Don Javier tuvo gestos conciliatorios con Sivatte.
[116] En abril de 1956 los sivattistas se reunieron en Perpiñán con Don Javier, que aceptaría firmar un documento rechazando cualquier compromiso dinástico con los alfonsinos y con Franco;[117] aunque no quiso firmarlo como rey legítimo[118] e insistiría después en mantener el documento privado.
En 1957 mantuvo contactos con Don Antonio, representante de otra rama borbónica que según la facción carloctavista ostentaba los derechos a la corona.
[133] Sivatte no proporcionaría ninguna información sobre los objetivos finales de RENACE ni sobre su composición y modus operandi.
Aunque Sivatte pudiera imaginar en un principio que la iniciativa se materializaría en una formación política, su limitado éxito hizo que RENACE acabase siendo más bien un símbolo,[142] un grupo de presión y de teorización doctrinal.
[147] En la década de 1960 Sivatte y RENACE mantuvieron su línea tradicionalista e intransigente.
[151] Poco a poco, el grupo comenzó a destacarse por su catolicismo ultraconservador,[152] opuesto al espíritu del Concilio Vaticano II y sus repercusiones en España, como la Ley de Libertad Religiosa.
[166] En 1978 RENACE daría vida a un partido político llamado Unión Carlista,[167] que tendría escasa relevancia.