Igualmente presente en las novelas de Eduardo Acevedo Díaz, escritor realista de finales del siglo XIX, la palabra tenía su origen en la sublevación indígena que había ocurrido en el Virreinato del Perú en 1780, encabezada por el líder indígena José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, y que fue reprimida con dureza por los españoles.[11] El acto se atribuyó rápidamente a los Tupamaros, quienes ya habían asaltado bancos disfrazados como policías.Las autoridades de aquella época prohibieron a la prensa dar noticias sobre las acciones tupamaras o mencionar su existencia.En primer lugar y como era lógico, del sistema político tradicional, por entonces muy deteriorado por la crisis económica desatada desde 1955.Los políticos blancos y colorados condenaron la lucha armada, por más que algunos de ellos, como luego se comprobó, habían mantenido contacto secreto con los Tupamaros.El gobierno encarceló a disidentes políticos, utilizó tortura durante los interrogatorios y reprimió brutalmente manifestaciones.[7] La izquierda parlamentaria, sobre todo el Partido Comunista del Uruguay, desautorizó en un principio a los tupamaros, sin embargo dentro de sus filas permitió que existieran miembros buscados por la ley e incluso cobijó a los legisladores que apoyaban económicamente las acciones de propaganda armada.En septiembre secuestra al banquero Gaetano Pellegrini Giampietro, liberado 72 días más tarde mediante el pago de un rescate.Hacia 1970 la lucha armada adquirió mayores proporciones, con lo cual muchas veces la policía se vio desbordada.También continuaban los atentados contra objetivos civiles como el del bowling de Carrasco en septiembre.[19] Por esta época el MLN-T edita en forma clandestina su publicación "Mate amargo" desde donde da a conocer su visión política de la realidad uruguaya.Algunas ideas comunes entre uno y otro bando, aunque muy deslucidas, alentaron tales conversaciones, las cuales se vieron interrumpidas en forma abrupta muy poco tiempo después.Los militares retuvieron a los dirigentes tupamaros Raúl Sendic, Eleuterio Fernández Huidobro, Mauricio Rosencof, José Mujica, Adolfo Wasem, Julio Marenales, Henry Engler, Jorge Manera y Jorge Zabalza en calidad de rehenes y como trofeo de guerra, durante el tiempo que duró la dictadura militar, es decir, hasta 1985.En el exilio, los tupamaros se mantuvieron expectantes y no desencadenaron acciones posteriores en territorio uruguayo, aunque sí participaron en las diversas campañas de denuncia contra los militares.[29] Al igual que ocurriera con otros grupos guerrilleros de la región, en las últimas décadas el MLN-T ha transitado por vía política.[31] Ambas obtuvieron votación significativa, lo cual auguraba expresiones electorales variadas de los otrora guerrilleros urbanos.Muchas veces, su impacto y sus consecuencias marcaron puntos de inflexión en la historia del movimiento.A modo de ejemplo, cabe mencionar: Fracción del Ejército Rojo (desde 1968, liderada por Andreas Baader y Ulrike Meinhof), Movimiento 2 de Junio (desde 1967, dirigidos por Fritz Teufel), Tupamaros Múnich y Tupamaros Berlín Occidental, los cuatro en Alemania Occidental.
Operativo policial de búsqueda de integrantes del MLN-Tupamaros en la
red cloacal
de Montevideo.
Desde 1989 el MLN-T se integró al Frente Amplio, para luego formar parte del Movimiento de Participación Popular (MPP).