Libelo de sangre

Al final, la víctima medio muerta será coronada con espinos y atada o clavada a una cruz de madera.

El cuerpo sin vida será bajado de la cruz y enterrado en un sitio oculto.

En algunos casos se relata que el cuerpo servirá para rituales de magia negra.

La más obvia, los Diez Mandamientos de la Torá judía, donde se prohíbe el asesinato.

La sangre y otros fluidos humanos son impuros (según el Libro del Levítico, 15).

De hecho, la limpieza ritual para los sacerdotes prohibía incluso estar en la misma habitación que un cadáver (Levítico, 21:11).

Existen dos relatos de esta época que se relacionaron, posteriormente, con las historias medievales sobre este asunto.

Esta acusación ha llegado a nuestros días, precisamente, por la refutación que de la misma realizó Flavio Josefo en su obra Contra Apión.

[12]​ Apión repite probablemente una historia que ya circulaba con anterioridad, pues afirmaciones semejantes habían sido hechas en el siglo I a. C. por Posidonio y Molón de Rodas.

[cita requerida] Posterior es el caso semejante del santo niño Hugo de Lincoln (1255).

En 1290, los judíos fueron expulsados de Inglaterra y no se les permitió regresar hasta 1655.

Interrogado entre blasfemias y amenazas por el jefe de la sinagoga, el niño hizo profesión de fe cristiana por lo que fue desnudado, flagelado y crucificado, haciéndole padecer iguales torturas a las sufridas por Cristo.

Tomás de Cantimpré escribió: «Es casi seguro que los judíos de todas las provincias deciden anualmente a suertes qué congregación o ciudad debe enviar sangre cristiana a las otras congregaciones».

Se sabe que Tomás de Cantimpré conocía personalmente a Nicolás Donin.

Ya en la Edad Media, las Siete Partidas se hacen eco de esta creencia popular contra los judíos:

Esta última se saldó no solo con la ejecución de dieciséis judíos hallados culpables del crimen, sino con el asalto popular a la aljama de Sepúlveda, que se cobró varias víctimas más.

En su Crónica de 1423, Konrad Justinger afirma que en Berna en 1294 los judíos habían torturado y asesinado a un niño llamado Rudolph.

[21]​ En Rinn, cerca de Innsbruck, un niño llamado Andreas Oxner (también conocido como Anderl von Rinn) se dijo que había sido comprado y luego asesinado cruelmente por mercaderes judíos en un bosque cercano a la ciudad.

Simón fue considerado un santo más tarde y fue canonizado por el papa Sixto V en 1588.

Su santidad fue revocada en 1965 por el papa Pablo VI, aunque su asesinato aún es tomado como cierto por algunos extremistas.

[23]​ Durante el siglo XVI se desarrolló una leyenda hagiográfica acerca del Santo Niño, cuyo culto, anclado en el medievo, continúa celebrándose a día de hoy con fervor en La Guardia, localidad de la que es santo patrono católico.

Libros promoviendo el mito del libelo de sangre judío no son raros.

Se dirigieron a la oficina del fiscal general y exigieron que Rusia «prohibiera todas las organizaciones judías».

Esta petición fue publicada en forma de una carta abierta al fiscal general en el periódico Rus Pravoslávnaya (‘Rusia ortodoxa’).

A finales del mes, el grupo recibió fuertes críticas y se retractó en su demanda.

En algunas épocas se ha opuesto a ellas, pero en general ha hecho poco por parar el culto y en algunos casos los ha aprobado de manera explícita.

Por otra parte, el papa Gregorio X hizo pública una carta rechazando las acusaciones del libelo de sangre.

La leyenda del asesinato ritual de Simón de Trento (1475), según las Crónicas de Núremberg de Hartmann Schedel (Alemania, 1493).
Guillermo de Norwich y Hugo de Lincoln, grabado de reproducción de Giovanni Battista de' Cavalieri de los frescos de Niccolò Circignani en la capilla del Venerable Colegio Inglés de Roma, 1584.
Saint Richard de Pontoise-Ricardus Gallus. Pedro de Bivero : Sacrum sanctuarium crucis et patientiae crucifixorum et cruciferorum, emblematicis imaginibus laborantium et aegrotantium ornatum..., Amberes, Baltasar Moreto, 1634. Ejemplar de la Universidad Complutense de Madrid.