Pogromo de Kielce

Ocurrió sólo un año después del final de la guerra y el Holocausto.Según el padre, a su regreso dos días más tarde, el niño afirmó que había sido secuestrado por un desconocido, presuntamente judío o gitano.Henryk Błaszczyk permaneció en silencio sobre los acontecimientos hasta 1998, cuando, en una entrevista a un periodista polaco, admitió que nunca fue secuestrado, pero que vivía con una "familia desconocida" en una aldea cercana y se le trataba bien.Se le obligó a guardar silencio durante mucho tiempo después de 1946, lo que hizo por temor hasta el final del régimen comunista en Polonia.[3]​ La policía publicó los rumores sobre el secuestro y anunció además que estaban planeando buscar los cadáveres de niños polacos que supuestamente habrían sido víctimas de un crimen ritual y guardados en la casa.Descubrieron que no contenía a niños secuestrados como se les había dicho.En julio de 1946, casi veinte mil decidieron comenzar una nueva vida en el extranjero.El ministro polaco Marian Spychalski, motivado por razones políticas y humanitarias, firmó un decreto que permitió a los judíos salir oficialmente sin visas o permisos de salida y la emigración judía de Polonia aumentó dramáticamente.
La casa de la calle Planty N.º 7 en Kielce