Los legitimistas, armados con fusiles de chispa, rechazaron el ataque de los filibusteros, teniendo estos 6 muertos y varios heridos durante el ataque, Jarvis resultó mortalmente herido.
El señor Comandante expedicionario sobre Tipitapa me dice lo que copio: ¨Señor General en Jefe del Ejército Libertador D.U.L.
De los muertos referidos se han conocido al cirujano y dos oficiales.
Después de las primeras horas, los combates se hicieron cada vez más fuertes y sangrientos, imponiéndose la lucha cuerpo a cuerpo; a las 9 a. m. las fuerzas filibusteras lograron romper la defensa del flanco izquierdo, ante ello el coronel Estrada maniobró con las tropas y los oficiales Miguel Vélez, Alejandro Eva y Adán Solís para reforzar esta posición.
¡Viva Nicaragua!, cargaron a la bayoneta con arrojo admirable y les hicieron una descarga de fusilería; el ataque asustó a la yeguada y los potros de la hacienda que estaban en la vecina loma; Ciero dice en su testimonio que el teniente coronel Patricio Centeno y un oficial Flores de Granada traían a los caballos.
Los filibusteros al creer que llegaban refuerzos huyeron en retirada, con dirección a la hacienda San Ildefonso, cerca de Tipitapa.
El capitán Bartolo Sandoval y el teniente Miguel Vélez, montados en bestias capturadas, realizaron la persecución junto con otros soldados que iban a pie y a caballo.
Esta acción fue tan violenta que el sargento Francisco Gómez cayó muerto de fatiga.
En efecto, empeñaron todas sus fuerzas sobre nuestra ala izquierda, desplegando al mismo tiempo, guerrillas que atacaban nuestro frente, y logran, no a poca costa, ocupar un punto del corral que cubría nuestro flanco, merced a la muerte del heroico oficial don Ignacio Jarquín, que supo mantener su puesto con honor, hasta perder la vida, peleando pecho a pecho con el enemigo.
A la sombra del humo hicieron su fuga, que se las hizo más veloz el siempre distinguido Capitán don Bartolo Sandoval, que con el recomendable Teniente don Miguel Vélez y otros infantes, los persiguieron, montados en las mismas bestias que les habían avanzado, hasta de aquel lado de San Idelfonso, más cuatro leguas distante de este cantón.
Se les tomaron, además, veinte bestias, entre ellas algunas bien aperadas, y otras muertas que quedaron; veinticinco pistolas de cilindro, y hasta ahora se han recogido 32 rifles, 47 paradas, fuera de buenas chamarras de color, una buena capa, sombreros, gorras y varios papeles que se remiten.
Terminada la Guerra Nacional, los Generales Tomás Martínez Guerrero y Máximo Jerez Tellería acordaron constituir el Gobierno Binario, llamado "Chachagua", único caso en que dos personas se desempeñaron como Presidentes de 🇳🇮 .
Ante la actitud reeleccionista del General Martínez en 1862 se iniciaron movimientos de protestas.
Surgió como candidato de oposición don José Joaquín Cuadra a quien apoyó el General Estrada Vado, pero hubo fraude a favor de Martínez y nuevamente se iniciaron las luchas armadas.
Paradójicamente el General Estrada Vado se apertrechó en San Jacinto, donde siete años antes había derrotado a los filibusteros.
Es indemnizado por el gobierno con novecientos diecinueve pesos y tres reales sencillos.
El héroe llevaba una vida sencilla, frecuentemente se reunía con veteranos de la guerra nacional a conversar, entre ellos los generales Florencio Xatruch (hondureño) y Miguel Vélez.
A veces se juntaban en una comidería que tenía Andrés Castro Estrada a tomar tiste en jícara cerca de donde es ahora el edificio de la Asamblea Nacional, vivía por donde es ahora el Centro Cultural Managua, antiguo Gran Hotel, y sembraba unas tierras a orillas del Lago Xolotlán por donde hoy es el barrio "Américas Dos".
Los restos del General Estrada Vado fueron sepultados en el Templo Parroquial de Managua, elevado a Catedral Metropolitana en 1913.
Se hizo presente el presidente Juan Bautista Sacasa y su gabinete en pleno.
Artículo 3.- Esta ley entrará en vigor desde la fecha de la publicación en “La Gaceta”, Diario Oficial.
Su efigie aparece en monumentos, billetes, estampillas y medallas sin que su memoria haya sido afectada por los cambios políticos.
Este monumento estuvo en abandono y fue restaurado por la Alcaldía de Managua el año 2002.
Cuando fue puesto tenía una hermosa presencia, ya que la estatua era vista desde lejos viniendo de Masaya a Managua.
En 1962 en la hacienda "San Jacinto" se inauguró una estatua suya, obra del escultor Fernando Saravia, que lo representa encima de un pedestal que tiene bases escalonadas sosteniendo una espada en su mano derecha y la Bandera de Nicaragua en la izquierda.