[11] El día anterior, el viernes 22, el ingeniero Carlos Santos Berroterán llegó por la tarde a las oficinas del diario La Prensa para decirle a su director el Doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal que la sequía que ese año abatía el país podría causar un sismo fuerte.[26] Era la segunda vez en 41 años, 8 meses y 23 días que la ciudad se estremecía por un fuerte terremoto.La luna, apenas pasada de llena, continuó alumbrando dantescas escenas, desde un cielo enrojecido por los incontenibles incendios que casi al instante estallaron en la zona comercial.[5][6][28] El 75% de las viviendas y edificios del centro se derrumbaron total o parcialmente.Los servicios públicos de agua potable, energía eléctrica, telecomunicaciones y alcantarillado quedaron cortados por los movimientos terráqueos.En la ciudad de Managua cayeron destruidos todos los hospitales públicos y privados; los hospitales del Seguro Social, frente al costado norte del parque 11 de julio en la calle de este nombre, El Retiro (que estaba en la pista Benjamín Zeledón, de la actual rotonda El Güegüense una cuadra al este) y Bautista (el único hospital privado del país en esa época y que fue fundado por la Iglesia Bautista en 1936) se derrumbaron o quedaron dañados severamente.[29][21] Actualmente ha sido removido 500 m de dónde se encontraba en la Pista Juan Pablo II y sus antiguas instalaciones demolidas.Inclusive la calzada del Paseo de Tiscapa, que bordea la laguna, quedó agrietada por dicha falla.[36] Los mercados de San Miguel y Central sufrieron daños por el incendio al igual que el BANIC (hoy Ministerio de Hacienda y Crédito Público), el First National City Bank of New York, la parte superior del BAMER, la Casa MacGregor, el Balmoral, etc.[38] Fueron saqueadas las casas comerciales, los almacenes, supermercados, tiendas, depósitos, iglesias, colegios públicos y privados, además de los bienes personales en las casas abandonadas por los atemorizados dueños, acto de lo más innoble y por demás censurable sin precedente en el país.[42] En la segunda página de esa edición el Doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal publicó un editorial relacionado con el desastre, cuyo último párrafo dice así:[43] La noticia de la catástrofe se difundió desde esa aciaga madrugada.Distintos países enviaron a sus Cruz Rojas respectivas, de las que se destacaron las de Estados Unidos, El Salvador, México, Israel, Taiwán, China, Japón, España, Finlandia, Costa Rica, Unión Soviética, Yugoslavia, Filipinas, Cuba, etc.Así enviaron socorristas, medicinas, alimentos enlatados, agua, frazadas y láminas de cinc.[10][12][15] La ayuda en dinero se recolectó en dólares en todo el mundo, y resulta anecdótico referir que mientras el archimillonario estadounidense Howard Hughes, (acantonado como excéntrico en el hotel Intercontinental), huyó despavorido del país en forma misteriosa, el dinero fluía a Nicaragua de miles de bolsillos compasivos; incluyendo la subasta de una rosa en España, cuyos pétalos se subastaron a alto precio entre el pueblo español y luego esparcidos sobre la yaciente ciudad.La señora Hope realizó una obra admirable trabajando casi sin descansar, empezando sus deberes cada día desde muy temprano en las mañanas, reuniendo dinero y atendiendo a la prensa internacional.Fosas comunes se practicaron en el Cementerio General u Occidental y cerca del Estadio Nacional para sepultar a más de mil cadáveres; otros fueron incinerados en el lugar donde cayeron, a los muertos se los recogía en las calles y los llevaban en camiones volquete al mencionado lugar para volcarlos en ambas fosas comunes.Se decretó ley marcial para que la Guardia Nacional restableciera el orden público y controlara el pillaje.[48] Al año siguiente (1973) varios edificios fueron demolidos con una bola demoledora, como la lujosa iglesia de San Antonio y la iglesia de San Sebastián, el Almacén Tina Lugo, La Curva, la Casa Presidencial, los colegios Calasanz, Goyena, Divina Pastora, el Hotel Balmoral, el Palacio del Ayuntamiento, el Club Social Managua, varios casinos y night clubs.
Edificio de Seguros La Protectora que quedaba en el Paseo Tiscapa. Fue demolido en el año 2000.
Estado en que quedó el Hotel Reisel, en la Calle 15 de Septiembre, al cual se le hundió el primer piso.
Edificios de la
Universidad Centroamericana
(UCA). A la derecha el pabellón de techo ondulado que resistió el terremoto de 1972. Detrás el edificio de la Biblioteca José Coronel Urtecho cuyo frontis fue dañado por el
sismo de 2014
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Roberto Clemente, que murió en accidente aéreo al llevar ayuda a los damnificados del sismo, en 1972.
Un soldado de la Guardia Nacional patrullando las calles para evitar el saqueo.