Gran incendio de Londres

Comenzaron a producirse desórdenes en las calles por los rumores de que habían sido extranjeros quienes iniciaron los incendios.Sin embargo, debido a la gran peste del invierno anterior de 1665, su población había disminuido.[12]​ La ciudad era esencialmente medieval en su plano urbano: un laberinto abarrotado de callejones estrechos, sinuosos y empedrados.La construcción con madera y tejados de paja había estado prohibida durante siglos, pero estos materiales baratos continuaron utilizándose.[17]​ En 1661, Carlos II emitió una proclamación que prohibía las ventanas colgantes y los balcones, pero esto fue ignorado en gran medida por el gobierno local.[c]​[27]​[28]​ A veces, los edificios más altos se derruían rápida y efectivamente mediante explosiones controladas de pólvora.[29]​ Las experiencias personales de muchos londinenses durante el incendio se vislumbran en cartas y memorias.Los propietarios protestaron y se convocó al alcalde mayor Thomas Bloodworth, quien solo tenía la autoridad de anular sus deseos.[36]​ Tomó un bote para inspeccionar la destrucción alrededor de Pudding Lane a corta distancia y describe un incendio «lamentable», «la gente trataba de sacar sus bienes y arrojándolos al río o llevándolos a barcazas allí cerca; los pobres se quedaban en sus casas hasta que el fuego los haya tocado y luego corrían hacia los botes o trepaban un par de escaleras al lado del agua a otro».[31]​ El joven alumno William Taswell salió despavorido del servicio matutino en la abadía de Westminster.Evelyn vivía en Deptford, a 6 km fuera de la City, por lo que no vio las primeras etapas del desastre.[62]​ Los temores al terrorismo recibieron un impulso adicional por la interrupción de las comunicaciones y las noticias a medida que las instalaciones eran devoradas por el fuego.Toda la nación dependía de estas comunicaciones y el vacío que dejaron estalló los rumores.Tres cortesanos fueron asignados a cargo de cada puesto, con la autoridad del propio Carlos II para ordenar demoliciones.La pesada mampostería que caía irrumpió en su cripta, donde los libreros habían almacenado grandes cantidades de libros, todos quemados.Crearon cortafuegos al hacer estallar casas a gran escala en las cercanías, lo que detenía el avance del incendio.[77]​ En una carta a William Coventry, Pepys escribió que vio «cuán horrible se ve el cielo, todo en un incendio en la noche, fue suficiente para sacarnos de quicio; y, de hecho, fue extremadamente terrible, ya que se ve como si fuera sobre nosotros y todo el cielo en llamas».[79]​ Detener el incendio causó mucho fuego y daños por demolición en la zona de los abogados, llamada Temple.[83]​ Evelyn estaba impresionado por el orgullo de estos angustiados londinenses, «aunque listos para perecer por hambre e indigencia, sin pedir alivio ni un penique».Hubo un brote de pánico general el miércoles por la noche en los campamentos en Parliament Hill, Moorfields e Islington.[86]​ El ambiente era tan inestable que Carlos II temía una rebelión a gran escala en Londres contra la monarquía.Se había observado como una trampa mortal en el incendio de 1632 y, al amanecer del domingo, estas viviendas estaban en llamas.Una vez que la orilla del río estaba en llamas y cortada la ruta de escape en bote, las únicas salidas eran las ocho puertas en el muro.[92]​ También era posible abrir una tubería cerca de un edificio en llamas y conectarla a una manguera para rociar en un incendio o llenar cubos.[26]​ Teóricamente, todos los carriles desde el afluente hasta la panadería y los edificios contiguos tuvieron que haber sido rodeados con filas dobles de bomberos pasándose cubos llenos hasta el fuego y cubos vacíos de vuelta al río.[94]​[93]​ Debían transportarse largas distancias, tendían a llegar demasiado tarde y poseían un alcance limitado, con boquillas pero sin mangueras de entrega.[105]​[106]​ Más tarde cambió su historia para decir que había comenzado el incendio en la panadería de Pudding Lane.[111]​ En el caos y los disturbios después del incendio, Carlos II temía otra rebelión en Londres.Las autoridades de la Corona y la Ciudad intentaron establecer «a quién pertenecían en verdad todas las casas y el terreno» para negociar con sus propietarios sobre la compensación por la remodelación a gran escala que implicaban estos planes, pero esa idea poco realista tuvo que ser abandonada.Las exhortaciones a traer trabajadores y medir las parcelas en las que se encontraban las casas fueron ignoradas en su mayoría por personas preocupadas por la supervivencia diaria, así como por aquellos que habían abandonado la capital; por un lado, con la escasez de mano de obra después del incendio, era imposible asegurar trabajadores para ese propósito.
Detalle de una pintura de 1666 del gran incendio de Londres de un artista desconocido, que presenta una vista imaginaria del incendio desde un barco. La Torre de Londres está a la derecha y el puente de Londres a la izquierda, con la catedral de San Pablo al fondo, rodeada por las llamas más altas.
« Ganchos de fuego » ( firehooks ) usados para combatir un incendio en Tiverton en 1612.
Jacobo, duque de York , antes de suceder a su hermano. Retrato de la época.
Daño aproximado en la tarde del domingo 2 de septiembre. [ 40 ]
Daño aproximado en la tarde del lunes 3 de septiembre. [ 52 ]
Facsímil de la portada de The London Gazette , del 3 al 10 de septiembre, con un relato del gran incendio.
Daño aproximado en la tarde del martes 4 de septiembre. El incendio no se extendió significativamente el miércoles 5 de septiembre. [ 72 ]
El portón Ludgate en llamas, con la catedral de San Pablo en la distancia (torre cuadrada sin chapitel ) en llamas. Pintura al óleo por artista anónimo ( c. 1670).
El centro de Londres en 1666, con el área incendiada en rosa.
Ilustración de un anuncio comercial de John Keeling de Blackfriars (1670) que muestra su camión de bomberos en uso. Cuatro hombres bombeaban agua de una manguera en el centro.
The Londoners Lamentation , una balada de octavilla publicada en 1666 que da cuenta del incendio y de los límites de su destrucción.