Dado que los edificios no están totalmente sellados (como mínimo, siempre hay una entrada a nivel del suelo), el efecto chimenea provocará infiltraciones de aire.
[1] En un edificio moderno de gran altura con una envolvente bien sellada, el efecto chimenea puede crear diferencias de presión significativas que deben tenerse en cuenta en el diseño y que pueden requerir ventilación mecánica.
El aire caliente dentro del edificio tiene una densidad baja (o un volumen específico alto) y presenta una mayor fuerza de flotación.
Una vez que el aire acondicionado llega a las plantas inferiores por debajo del eje neutro, se infiltra en la envolvente del edificio a través de aberturas no selladas, como compuertas, muros cortina, etc.
El aire de exfiltración en los pisos situados por debajo del eje neutro inducirá al aire exterior a infiltrarse en la envolvente del edificio a través de aberturas no selladas.
Los indicadores se mueven en el sentido de las agujas del reloj a medida que aumenta la presión.
Esa diferencia de presión ( ΔP ) es la fuerza motriz del efecto chimenea y puede calcularse con las ecuaciones que se presentan a continuación.
[7][8] Las ecuaciones sólo se aplican a los edificios en los que el aire está tanto dentro como fuera de los mismos.
En la referencia[7] se explica cómo afecta el NPL al efecto chimenea en edificios altos.
En la referencia[7] se explica cómo afecta el NPL al efecto chimenea en edificios altos.