[2] Muchas teorías de la conspiración proponen que los acontecimientos mundiales están siendo controlados y manipulados por una sociedad secreta autodenominada los Illuminati.
De trasfondo se encontraba el clima intelectual universitario, prácticamente dominado por los jesuitas, orden disuelta tres años antes.
Weishaupt mencionó sus razones para la fundación de la sociedad en su carta Pythagoras oder Betrachtungen über die geheime Welt- und Regierungskunst:[9] La orden tomó un primer impulso en 1778, cuando un antiguo alumno suyo y presidente del Palatinado Renano la reorganizó.
[10] Con esta nueva distribución, que se detallará más adelante, consiguieron los Iluminados reclutar a muchos masones e infiltrarse en logias enteras.
Karl Gotthelf von Hund und Altengrotkau había conseguido atraerse a las diferentes logias hacia su mandato mediante este rito más bien apolítico-romántico, que aseguraba ser sucesor de la orden Templaria, disuelta en 1312.
Como al fallecer en 1776 ningún tipo de «Superiores secretos» contactara con ellos, había gran confusión en la logia.
El sistema templario fue abandonado, y la orden de la Rosacruz quedó en minoría en su esfuerzo por mantener esa tradición.
Ambos iluminados consiguieron incluso, con Johann Christoph Bode, ganarse a un representante principal de la Estricta observancia.
Estas sospechas no estaban infundadas, pues Carl August y su consejero privado Goethe se habían afiliado con el único fin de investigar a la Orden.
[11] Como resultado se agudizaron las discrepancias entre Weishaupt y Knigge hasta el punto de que la orden amenazaba con disolverse.
Pero como era previsible que el fundador de la orden siguiera siendo influyente aún sin presidencia formal en el Areópago, ello significaba una clara derrota para Knigge.
[13] El mismo Weishaupt cuyo papel fundador se desconocía al principio, resultó sospechoso, pero solo huyó cuando tuvo que admitir la fe católica, primero a la ciudad imperial libre Ratisbona, y en 1787 otra vez a Gotha, donde Herzog Ernst le proporcionó una consejería áulica sinecura.
El edificio se encuentra actualmente en el número 23 de la calle Theresien, antes llamada Am Weinmarkt 298, en la zona urbana exclusiva para viandantes.
Los modales de las viejas costumbres serían también condición y camino para una sociedad libre e igualitaria sin príncipes ni iglesia.
Eso significa por una parte que era solo cuestión de esperar, pues el tiempo del despotismo absolutista finalizaría desde una lógica interna casi por sí mismo.
Weishaupt sostenía que los iluminados participarían solamente por su actividad, incluso mediante su mera presencia, en la abolición del despotismo.
También se reconocen los masones por su afiliación, y no son, a diferencia de los Iluminados, estrictamente secretos.
Incluso hasta la fecha se indicaba según un calendario secreto de nombres mensuales persas y cuya numeración anual comenzaba en el 632.
Su evolución moral y espiritual había además que hacerla constar en un diario llamado cuaderno Quibuslicet (del lat.
Junto a la completa igualdad dentro de los grados, había una división jerárquica entre los distintos escalafones muy marcada.
La condición a estas mejoras del individuo le parecía que era el conocimiento de todos sus secretos.
Esto parece haberlo adoptado de su peor enemigo: los jesuitas, cuya obediencia era ciega y su atenta pero efectiva manipulación humana era mediante la penitencia.
Weishaupt presumía en 1787 con orgullo que la orden había conseguido incorporar a más de un décimo del funcionariado bávaro.
La Segunda Guerra Mundial se desataría aprovechando las diferencias entre la facción ultraconservadora y los sionistas políticos.
También se les ha hecho responsables de la Revolución francesa con base en teorías conspirativas del tipo anti masónicas.
Para esto aportan principalmente tres ideas: A la tesis de que los Iluminados se encuentran tras la Revolución francesa, le faltan todas las bases.
[18] Hasta hoy no han perdido estos escenarios conspirativos su fascinación sobre muchos publicistas y agrupaciones radicales de extrema derecha.
Se les representa como unos bribones tenebrosos, tejedores de complots turbios o conspiradores demoníacos, pues los citados autores no se inspiran en hechos demostrados de historias sobre la orden moderadas por los hechos, sino preferiblemente en las teorías conspiratorias, que sobre ellos circulan.
No obstante, se mantienen hoy a menudo estos detalles ficticios sobre los Iluminados como erróneamente ciertos.
Especialmente popular es la suposición extendida en las novelas de que los Iluminados poseyeron determinados símbolos, con lo cual se hacía reconocible existencia para los iniciados.