Objeciones a la teoría de la evolución
Se han planteado objeciones a la teoría de la evolución desde que las ideas evolucionistas cobraron importancia en el siglo XIX.La controversia creación-evolución centrada en Estados Unidos se ha convertido en un punto focal del conflicto percibido entre la religión y la ciencia.Varias ramas del creacionismo, como la ciencia de la creación, el neocreacionismo y el diseño inteligente, sostienen que la idea de que la vida fue diseñada directamente por un dios o una inteligencia es al menos tan científica como la teoría evolutiva y, por tanto, debería enseñarse en la educación pública.En realidad la evolución de los organismos no trae aparejada necesariamente como consecuencia una mejora; los avances son solo situacionales.[4][5] Posteriormente, Popper rectificó notablemente su posición acerca de la contrastabilidad del darwinismo, en su ensayo Natural Selection and the Emergence of Mind.Todas las teorías científicas son conjeturas, incluso aquellos que han superado con éxito las pruebas de muchas y variadas.[7] Aunque la teoría de Darwin fue ganando una amplia y creciente aceptación científica, esta se encontró con una fuerte resistencia religiosa.El mecanismo evolutivo específico que proveyó Darwin, la selección natural, en sus inicios fue activamente disputado por teorías alternativas tales como el Lamarckismo y la ortogénesis.Al comienzo del siglo XX la pangénesis fue reemplazada por las leyes de Mendel, lo que llevó a la síntesis evolutiva moderna.[9][10] Las objeciones al hecho de que la evolución se produzca tienden a centrarse en interpretaciones específicas sobre las pruebas.Varios creacionistas afirman que debería haber muchas más pruebas de especies transicionales (eslabones perdidos) evidentes.Aunque no existen teorías científicas alternativas, sí hay oposición desde puntos de vista religiosos o metafísicos, a través del creacionismo.Entre otras estrategias han intentado crear alternativas aparentemente creíbles científicamente para demostrar la veracidad del relato de la creación en las Escrituras, o al menos la existencia de un creador inteligente que, en sucesivos impulsos, pusiera en marcha y encauzara la evolución natural (Diseño Inteligente).[27] Algunas religiones como el catolicismo han reconciliado parcialmente sus creencias con la evolución mediante un pensamiento de tipo pro-evolución teísta.Sin embargo grupos más fundamentalistas en otras religiones (principalmente protestantes) siguen oponiéndose frontalmente a la enseñanza y la divulgación de la evolución.[31][32] Varios autores defendieron y desarrollaron esta hipótesis, hasta su colapso a mediados del siglo XX por no poder explicar el registro fósil.Los aspectos más criticados dentro de la teoría sintética son: el gradualismo, que ha obtenido como respuesta el modelo del equilibrio puntuado de Niles Eldredge y Stephen Jay Gould;[36] la preponderancia de la selección natural frente a los motivos puramente estocásticos; la explicación al comportamiento del altruismo; y el reduccionismo geneticista que evitaría las implicaciones holísticas y las propiedades emergentes a cualquier sistema biológico complejo.