Por mucho tiempo se creyó ampliamente que todas las especies eran productos fijos de la creación divina, eso según el creacionismo, pero desde mediados del siglo XIX la evolución por selección natural se ha establecido como un hecho científico empírico.[9] También existen controversias similares en otras comunidades religiosas, como las ramas más fundamentalistas del judaísmo[10] o el islam.En 1961 se publicó el primer libro importante del creacionismo, el influyente The Genesis Flood: The Biblical Record and Its Scientific Implications, de John C. Whitcomb y Henry M. Morris.[28] La geología diluviana adoptó «la etiqueta genérica del creacionismo para sus puntos de vista hiperliterales»[29][30].Aunque hacia finales del siglo XIX los científicos atribuían la especiación principalmente a algún tipo de evolución biológica, no fue hasta mediados del siglo XX que las teorías evolutivas se estabilizaron en forma de la síntesis moderna.[43] La relación entre religión y ciencia no se describió en términos antagónicos hasta finales del siglo XIX, e incluso desde entonces, para los científicos evolucionistas ha habido muchos ejemplos de que ambas tendencias son reconciliables.[44] Numerosos científicos históricos han escrito libros en los que explican sus estudios como un deber espiritual motivado por sus creencias religiosas.[48][49][50][51][52] En España la cuestión quedó zanjada definitivamente en los ambientes católicos tras la publicación en 1966 por la Biblioteca de Autores Cristianos del libro La evolución, obra colectiva coordinada por Crusafont, Meléndez y Aguirre,[53] en la que se exponían abiertamente posturas neodarwinistas por numerosos especialistas de prestigio.[57] Algunos oradores estadounidenses han dado conferencias públicas en salas alquiladas de universidades australianas[58].[59] Actualmente, en Egipto la evolución forma parte del programa educativo de las escuelas, mientras que Arabia Saudí y Sudán han prohibido su enseñanza.[49] En Irán, la práctica del Islam chií no toma los escritos del Corán de forma tan literal como el wahabismo saudí, y muchos eruditos iraníes chiíes, entre ellos algunos estrechamente relacionados con la Revolución iraní, no se oponen a las ideas evolutivas en general, y no consideran que la evolución sea necesariamente incompatible con el islam.[11] A partir del 5° grado de la escuela primaria, los alumnos iraníes estudian solo la evolución, y los geólogos y los científicos en general se estiman las únicas voces autorizadas del conocimiento científico.