La elección de la advocación de Lucas el Evangelista se debe a ser este el santo patrón del oficio de pintor, pues la tradición recoge que fue quien por primera vez pintó a la Virgen María, así como a San Pedro y San Pablo.
Las competencias de estas guildas eran muy extensas, otorgadas por los concejos municipales.
Pertenecer a una guilda era requisito obligatorio para vender obras de arte o acoger aprendices en un taller.
[9] Las guildas poseían un centro propio para la venta y exposición, en el que sus miembros ofrecían sus obras directamente al público.
Las primeras ordenanzas conservadas son las de 1514, pero consta que hubo otras anteriores.
Posteriormente se crearon las academias denominadas Leidse Tekenacademie (1694) y Ars Aemula Naturae (1799).