El jengibre (Zingiber officinale) o en el Perú kion (del cantonés 薑 goeng1)[1], es una planta de la familia de las zingiberáceas, cuyo tallo subterráneo es un rizoma horizontal muy apreciado por su aroma y sabor picante.
El fruto es una cápsula subglobosa a elipsoide; con semillas lustrosas negras, arilo blanco, lacerado.
Por otro lado, tanto en la cocina asiática como en la occidental se suelen utilizar los rizomas para preparar té y otras bebidas calientes.
Avicena, reconocido médico musulmán, lo recomendaba como afrodisíaco, altamente beneficioso en el tratamiento de la "debilidad sexual".
[15] El sabor picante de jengibre se debe a compuestos no volátiles de derivados defenilpropanoide, particularmente gingeroles y shogaoles, que se forman a partir gingeroles cuando el jengibre es secado o cocido.
[30] El jengibre tiene una acción sialogoga, estimulando la producción de saliva, lo que facilita la deglución.
[31] La planta del jengibre produce cúmulos de botones florales blancos y rosados que florecen en flores amarillas.
[34] Los brotes y los capullos florales de la especia Zingiber mioga (Roscoe) se consumen en la cocina japonesa; y sus rizomas, igualmente son comestibles pero de tamaño pequeño, por lo que se utilizan con menos frecuencia que los del jengibre.
La especie oriunda del este de Estados Unidos, Asarum canadense, de la familia de las Aristolochiaceae, conocida como jengibre silvestre, aunque no está emparentada con el verdadero jengibre, tiene propiedades aromáticas parecidas; sin embargo, no se debe utilizar como sustituto del jengibre, ya que contiene ácido aristolóquico (también llamado aristoloquina), un agente que puede generar cáncer.