El pan de jengibre procede del siglo XV, y la elaboración de galletas con forma humana se practicaba ya en el siglo XVI.
La reina regalaba a las visitas importantes galletas de pan de jengibre parecidas a ella.
[2] La mayoría de los hombres de pan de jengibre comparten la misma forma aproximadamente humanoide, paticorta y sin dedos.
Muchos hombres de jengibre tienen cara, aunque los rasgos pueden ser hendiduras en la propia galleta o caramelo pegado en ella con glaseado o chocolate, según la receta.
También son comunes otras decoraciones: pelo, puños de camisa y zapatos, pero por mucho la decoración más popular son los botones de la camisa, que tradicionalmente se representan con gomitas, glaseado o pasas.