Santa Compaña

Según los escritores Xoán R. Cuba, Antonio Reigosa y Xosé Miranda, "la denominación de Santa Compaña es errónea, pese a su fortuna en la literatura, pues la Compaña podrá ser muchas cosas, pero santa, desde luego, no".[3]​ Esta procesión de ánimas forma dos hileras, van envueltas en sudarios y con los pies descalzos.Cada fantasma lleva una vela encendida y su paso deja un olor a cera en el aire.Al frente de esta compañía fantasmal se encuentra un espectro mayor llamado Estadea.La procesión va encabezada por un vivo (mortal) portando una cruz y un caldero de agua bendita seguido por las ánimas con velas encendidas, no siempre visibles, percibiéndose su presencia en el olor a cera y el viento que se levanta a su paso.También se cree que quien realiza esa "función" no recuerda durante el día lo ocurrido en el transcurso de la noche, y únicamente se podrá reconocer a las personas penadas con este castigo por su extremada delgadez y palidez.Los perros anuncian la llegada de la Santa Compaña aullando en forma desmedida y los gatos huyen despavoridos, realmente asustados.Se dice que no todos los mortales cuentan con la facultad de contemplar la "Compaña".Ese rey era el demonio, que le hizo firmar un pacto a cambio de su alma.De esta se podía salir solo si se había cumplido la pena o "engañando" a algún pecador; si un alma en pena encontraba a un pecador durante la procesión, se le hacía visible y podía convencerlo de que le sostuviera la vela o el cirio, si conseguía convencerlo este ocupaba su lugar y el alma en pena quedaba libre.Los pobladores, iluminaban las calles con lamparillas de aceite para que la procesión no se detuviera.En Torrox se aparece una procesión compuesta por las almas de los moros y cristianos, que allí dejaron su vida durante la reconquista.En España, sobre todo en Galicia, se recogen numerosas leyendas en torno a esta macabra procesión.
Santa Compaña
Santa Compaña
Grafiti de la Santa Compaña en Pontevedra