como siempre los colonos son atraídos con ventajas fiscales y promesas, teniendo que permanecer vasallos de Los Marqueses.
Estos por su parte otorgan la jurisdicción de la nueva villa de Santa María la Blanca, en dos alcaldes ordinarios, dos regidores y otros oficiales subalternos, todos ellos nombrados por los Marqueses.
Todos los aspectos de la vida cotidiana se regirán conforme a las Ordenanzas Municipales dictadas en Lepe en 1518.
Estas calles "principales" son atravesadas por callejas que las unen y facilitan el tránsito.
Coincide el trazado urbano de Villablanca con el estilo urbanístico que en pleno siglo XVI se desarrolla en las principales ciudades coloniales españolas en América, como por ejemplo Ciudad de México.
La economía de Villablanca gira principalmente en torno al sector agrícola, muy concretamente en torno a la producción de naranjas, fresas y otros berries.
Los jornales en el campo y en las cooperativas agrícolas suponen las principales entradas de dinero en las familias del pueblo.
La ganadería, la apicultura y la caza menor también contribuyen al dinamismo económico del pueblo.
Estos nuevos repobladores trajeron consigo su lengua, su cultura y sus danzas, hasta las últimas estribaciones de Sierra Morena, en Huelva.
No existe ninguna crónica escrita que feche este cambio en los útiles de la danza.
Se trata de la particular forma en que celebran esta fiesta católica los villablanqueros.