Gonzalo de Berceo

Depuró el idioma castellano, en su variedad dialectal riojana, para lo cual trasvasó numeroso vocabulario desde el latín (cultismos) y recurrió a fórmulas de la literatura oral tradicional y del mester de juglaría.

En su trabajo como notario eclesiástico, y con la intención de paliar la decadencia del monasterio, llegó incluso a falsificar documentos para conseguir que los reacios campesinos pagaran sus contribuciones al mismo.

No se muestra como un narrador original, ya que traduce ampliando obras escritas anteriormente en latín (amplificatio); su originalidad y carácter artístico debe apreciarse en el tratamiento de los temas, en el estilo, los detalles costumbristas y adaptaciones a la mentalidad medieval y campesina que añade a dichos relatos.

[2]​ Berceo no inventa, solo pretende difundir en lengua romance los relatos ya existentes sobre la Virgen, los cuales él modifica con libertad.

3.- En los que los personajes sufren una crisis espiritual y María les ayuda a solucionar el conflicto, como "La abadesa encinta".

Estatua de Gonzalo de Berceo en la Fuente de los Ilustres de Logroño
Manuscrito del siglo XIV de los Milagros de Nuestra Señora