Berceo pretendía expandir la religión a la población y también quería dar a conocer el monasterio de San Millán de la Cogolla; monasterio donde muchos peregrinos paraban a descansar en él, ya que estaba cerca del Camino de Santiago que ya en esta época estaba muy extendido por toda Europa.
Además, estos milagros se representaban en lengua vulgar para que fuese entendida por todo el público.
La devoción a María se expandió en el siglo XIII por toda la geografía europea, pues ofrecía una imagen maternal más amable y cercana del cristianismo.
1207-1247) en la estrofa 325, se deduce que el "Milagro XIV" es anterior a la muerte del prelado en 1247.
En esta obra, Berceo no hace referencia al poder que tiene la Virgen sobre los santos, porque ya en el siglo XI-XII se había consolidado la figura de la Virgen como madre de Jesús, y era mucho más importante que los santos.
Otros medios con los que se aproxima a la lengua popular son los recursos propios de los juglares, tales como hacer un uso abundante del estilo directo (aunque esto ya estaba en las fuentes latinas), dar ciertas pinceladas humorísticas a lo narrado con referencias o comparaciones al mundo rural o la naturaleza, además del abundante uso del discurso paremiológico.
Berceo también se toma licencias con los detalles, complementando pasajes narrativos, inventando motivaciones, incorporando elementos líricos y desarrollando los diálogos.
Es habitual en las obras medievales una estructura matemática simbólica, casi siempre en torno al número tres o de la Santísima Trinidad, en este caso el 5 también destaca, cifra de la Virgen según la numerología cristiana: 5 X 5 = 25.
Hay que añadir que Berceo utiliza el amplificatio, con ello Berceo introduce elementos originales, sobre todo al traducir los milagros al castellano; ahí va añadiendo sus propias técnicas narrativas, como pueden ser versos burlescos o algún término coloquial.
El maniqueísmo se trata de que aparezcan personajes buenos y malos.