Ahí inicia su educación en el Seminario, donde pronto se descubre su afición y talento por la escritura.
Las dificultades económicas familiares le impiden realizar estudios superiores y emigra a Cuba en 1905.
Allí, conoce a la escritora cubana Mercedes Valero Valdés, con quien contrae matrimonio.
El inicio de la Primera Guerra Mundial coincide con su regreso definitivo a España.
Allí cubrirá el conflicto para el periódico en el que trabajaba desde una óptica afín al bando nacional.
Desde 1923 escribe obras dedicadas al folklore, publicando tres volúmenes de La mitología asturiana y dos de Las costumbres asturianas, su significación y sus orígenes, que constituyen su aportación fundamental en este campo.
Cabal tenía una ideología conservadora que no ocultaba en sus escritos, así como un talante inclinado a la polémica.
Su largo disentimiento intelectual con el historiador Julio Somoza, que se agudizó tras una dura crítica de este a su obra Covadonga.
Durante aquellos años existía un debate sobre la veracidad histórica de la batalla; mientras que Cabal defendía su autenticidad, Somoza mantenía su carácter legendario.
Su consideración de la postura de Somoza como un ataque a las esencias patrias lo mueve a idear un proyecto ambicioso: publicar veinte volúmenes para defender Asturias y desarrollar su historia.
En sus inicios, se ve una marcada influencia en su obra tanto en temas como en títulos.
Su limitado repertorio de informantes lo compensa con fuentes bibliográficas en las que incluye a autores clásicos.