La pícara Justina

Este editor catalán publicó también y casi simultáneamente otros 'superventas' del género picaresco, en especial varios Guzmán de Alfarache, truhan cuyas aventuras narraron diferentes autores: Mateo Alemán, Mateo Luján de Sayaveedra, Juan Martí, y algún autor anónimo.Casi un siglo después, en 1707 es traducida al inglés por John Stevens, con el título de The Spanish Jilt: ¿La Española Desdeñosa?.Sin embargo, ya desde temprano, hay quienes opinan (especialmente Nicolás Antonio,[4]​ destacado erudito contemporáneo de ambos escritores) que el autor fue el dominico leonés fray Andrés Pérez, basándose en semejanzas estilísticas entre sus otras obras y La pícara Justina.El humor y la burla más descarados están presentes aún en las apostillas, presuntamente moralizantes, que jalonan los diversos episodios de la narración.No quedan estamento social, situación, entorno o personajes libres de culpa y sátira mordaz.El espíritu crítico, expresado a través del humor, es la característica, y principal bondad, de esta obra irreverente.La pícara Justina no solo tuvo una acogida extraordinaria en diccionarios del siglo XVIII, sino que el interés por su vocabulario se mantuvo en los siguientes.Cervantes escribió las siguientes novelas protagonizadas por mujeres: La Gitanilla, La Española Inglesa y La Ilustre Fregona, dentro del ciclo de las Novelas Ejemplares, entre 1590 y 1612; que no serían publicadas hasta 1613, ocho años más tarde de ser editada La pícara Justina.La primera mención al dulce conocido como barquillo en la literatura española, aparece en La pícara Justina, según Néstor Luján.