Todo el que se cruce con la procesión perecería o sería hecho desaparecer por el yōkai, a menos que estuviese protegido por rollos escritos a mano por los onmyoji, practicantes de onmyōdō y lanzadores de conjuros anti-yokai.
[3] De acuerdo con la Shūgaishō (拾芥抄), una enciclopedia medieval japonesa, la única manera de mantenerse a salvo del desfile nocturno si pasara por tu casa es permanecer en su interior durante las noches específicas asociadas con el zodiaco chino o entonar cantando el hechizo mágico: "KA-TA-SHI-HA-YA, E-KA-SE-NI-KU-RI-NI, TA-ME-RU-SA-KE, TE-E-HI, A-SHI-E-HI, WA-RE-SHI-KO-NI-KE-RI" (カタシハヤ, エカセニクリニ, タメルサケ, テエヒ, アシエヒ, ワレシコニケリ).
[3] El Desfile nocturno de los cien demonios es, desde muy antiguo, un tema popular en el arte visual japonés.
[2] Uno de los ejemplos más antiguos y famosos es el rollo ilustrado manuscrito (emakimono) del siglo XVI Hyakki Yagyō Zu (百鬼夜行図), que se discute su atribución, aunque parece que erróneamente, a Tosa Mitsunobu (1434-1525), ubicado en el Shinju-an de Daitoku-ji, en Kioto.
[3] Otras obras notables del desfile incluyen las de Toriyama Sekien (Gazu Hyakki Yakō)[5] y Utagawa Yoshiiku.