Epístola de Judas

La carta no ha desempeñado ningún papel significativo en la formación del pensamiento de las iglesias cristianas.

[7]​ Sin embargo, un número significativo de exégetas actuales, incluyendo varios católicos, se inclinan por negar esta identificación, puesto que del v.

Esta disputa sobre el verdadero significado de «hermano» creció a medida que evolucionó la doctrina del Nacimiento virginal.[13]​[14]​[15]​.

[16]​ Se suele defender la autenticidad de esta identificación porque Judas no era un personaje lo suficientemente importante como para que alguien escribiese una carta pseudoepigráfica en su nombre.

[18]​ Por otra parte, el refinado uso del griego, aunque favorece la pseudonimia, no excluye la autenticidad si Judas utilizó un escriba bien educado en dicho idioma.

[15]​ Entre los eruditos que han defendido la autoría del hermano de Santiago como plausible se encuentran Richard Bauckham.

Puede que el propio Jesús supiera leer, presumiblemente en hebreo, pero también era excepcional y la estrella de la familia.

Aunque la historia es claramente apócrifa -los emperadores romanos no solían interrogar a los campesinos galileos-, sugiere que los primeros cristianos recordaban a la familia de Judas como trabajadores de clase baja, no como élites alfabetizadas.

17) suena como si estos pertenecieran ya a una generación pasada, los especialistas suelen datar la epístola en el último tercio del siglo I.

Rechazar la «autoridad» (κυριότητα, kyriotēta; traducciones alternativas incluyen «dominio» o «señorío») podría significar varias cosas.

[62]​ «Amontonar abusos sobre los seres celestiales» es también una afirmación relevante, ya que se encuentra en cierta tensión con las obras de Pablo Apóstol, así como la Epístola a los Hebreos.

Como Santiago era conocido por ser una figura importante entre los cristianos judíos, esto podría indicar una tensión entre las corrientes más judías del cristianismo primitivo, representadas por Santiago y Judas, y el mensaje de Pablo a los gentiles.

Otra hipótesis es que los oponentes podrían haber sido proto-gnósticos, defendida por eruditos como Hermann Werdermann.

La descripción polémica de estos predicadores como «hombres que han entrado encubiertamente» (v.

2:4 y llega a ser una situación común en el último tercio del siglo I (Hch.

[70]​ Sin embargo, para Brown es muy posible que el autor no haya pensado en doctrinas erróneas específicas a la hora de formular estas diatribas.

[40]​ Según Raymond Brown, el autor de la carta acepta y se siente libre para citar una amplia colección de tradiciones israelitas y cristianas sin preocuparse por si están recogidas o no en algún corpus considerado canónico, por lo que «es posible que la canonicidad nunca haya ocupado la mente del autor».

Tertuliano se refiere a ella como la epístola «del apóstol Judas» y también la considera canónica.

Clemente Alejandrino escribió un comentario a la carta y Orígenes también la admitía en el canon, citándola con frecuencia.

Sin embargo, en el siglo IV Eusebio de Cesarea incluyó la epístola entre los antilegómena, es decir, entre los escritos discutidos.

El autor, después de explicar la razón por la que decide escribir, recuerda cómo Dios castigó a quienes practicaron conductas blasfemas y desordenadas, las cuales ahora algunos están repitiendo.

La fe «entregada a los santos» representa un conjunto de verdades ya establecidas, que el autor inspirado busca preservar y proteger.

Usaban la libertad adquirida en Cristo como pretexto para justificar un comportamiento que minimizaba la lucha contra el pecado.

Sin embargo, para comprender el verdadero significado de la libertad, es necesario dirigir la mirada a Jesucristo.

Con otros tres ejemplos bíblicos destaca la conducta perversa de los falsarios: Caín;[103]​ Balaán;[104]​[105]​ Coré y sus seguidores que se rebelaron contra Moisés.

Los falsos maestros no tienen inconveniente en asistir a celebraciones de los cristianos, pero llevan una vida amoral.

Participan en las comidas fraternas —ágapes— de los cristianos, donde dan rienda suelta a su gula y propagan sus errores.

Originariamente significa «escollo», es decir, una roca que está a flor de agua y es por tanto peligrosa para la navegación, pero también puede traducirse por «mancha», en sentido propio o moral, como hace la Nova Vulgata.

Son «nubes sin agua», porque «no tienen en sí la fecundidad de la palabra divina»[108]​ «Dos veces muertos».

En el «estilo apocalíptico» propio de esta literatura, se describen eventos futuros como si ya hubieran ocurrido.

Representación de Judas Tadeo con un rollo en la mano, en alusión a la epístola de Judas que la tradición eclesiástica tendió a atribuirle.
Papiro 78 , que contiene los Versículos 4, 5, 7 y 8 de la Epístola de Judas; está fechado en los siglos III o IV
Colofón de la Epístola de Judas en el Codex Alexandrinus
Colofón de la epístola en el Códice Alejandrino . siglo V .