Elecciones presidenciales de Argentina de 1916

Estos comicios tuvieron la particularidad de ser las primeras elecciones presidenciales de la historia argentina en las que se aplicó la Ley Sáenz Peña que estableció el sufragio secreto y obligatorio para varones mayores de 18 años, eliminando el hasta entonces vigente sistema de «voto cantado», que se había caracterizado por el fraude electoral masivo, la violencia en los comicios, el voto venal (pago) y la baja participación,[2]​ que permitió al Partido Autonomista Nacional (PAN) controlar el poder sin alternancia durante 42 años (1876-1916), como virtual partido único.

La Constitución establecía el sufragio indirecto, que delegaba la elección presidencial en el Colegio Electoral que se reunía en cada distrito, por el sistema de lista incompleta, correspondiendo dos tercios al ganador y un tercio a la segunda fuerza, en cada distrito electoral.

En 1916 la República Argentina estaba constituida por quince distritos electorales (14 provincias y la Ciudad de Buenos Aires), en los que la población tenía derecho a voto.

Yrigoyen obtuvo una victoria holgada con el 47,25% del voto popular, pero sin alcanzar la mayoría absoluta exigida en el Colegio Electoral.

Sáenz Peña inició rápidamente el proceso para instaurar un régimen democrático en el país, buscando aprobar una ley que permitiera el voto secreto para varones.

Las primeras elecciones bajo dicha ley fueron las legislativas de 1912, en las que el Partido Conservador (una división del PAN) obtuvo una estrecha victoria.

Sin embargo, la Unión Cívica Radical, (UCR) liderada por Hipólito Yrigoyen, abandonó el abstencionismo y obtuvo un buen resultado, ganando la gobernación de Santa Fe.

En las siguientes elecciones legislativas, de 1914, la UCR obtuvo un amplio triunfo y fue el único partido con la coherencia para imponerse a nivel nacional.

Al respecto de la vicepresidencia, hubo exigencias por parte del grupo «azul» para integrar parte del binomio, y finalmente se designó al riojano Pelagio Luna candidato a la vicepresidencia.

Con la sanción de la Ley Sáenz Peña, la estructura del Partido Autonomista Nacional (PAN) colapsó en todo el país y se dividió en pequeñas facciones provinciales.

Aunque muchas de ellas pudieron continuar ganando elecciones para gobernador o legisladores, se las consideraba estériles a nivel nacional y ninguna podría imponer un candidato coherente.

Con la sanción del voto secreto, Lisandro de la Torre, diputado por Santa Fe por la opositora Liga del Sur, había iniciado negociaciones para establecer un partido liberal coherente que pudiera disputar el voto opositor al radicalismo, ante la garantía creciente de que el régimen conservador terminaría pronto.

Tras la expulsión de Palacios, la fórmula socialista fue finalmente encabezada por Juan Bautista Justo, y secundada por Nicolás Repetto.