[19] Algunos historiadores atribuyen la orden al gobierno de Moscú, específicamente a Sverdlov y Lenin, quienes deseaban impedir el rescate de la familia imperial por la Legión Checoslovaca que se aproximaba (luchando con el Ejército Blanco contra los bolcheviques) durante la Guerra Civil Rusa.
[24] Lenin tenía un control estrecho sobre los Románov, aunque aseguró que su nombre no estaba asociado con su destino en ningún documento oficial.
[47] El comandante de la guardia y sus ayudantes superiores tenían acceso en cualquier momento a todas las habitaciones ocupadas por la familia.
[36] La princesa Elena de Serbia visitó la casa en junio, pero los guardias le negaron la entrada a punta de pistola,[53] mientras que las visitas regulares del Dr. Vladímir Derevenko para tratar a Alekséi se redujeron cuando Yurovski se convirtió en comandante.
La guardia externa dirigida por Pável Medvédev constaba de 56 integrantes, que se alojaron en la Casa Popov, enfrente.
[68] Más tarde, Yurovski observó que, al responder a las cartas falsas, Nicolás "había caído en un apresurado plan para atraparlo".
Las autoridades explotaron el incidente como una rebelión liderada por los monárquicos que amenazaba la seguridad de los cautivos en la Casa Ipátiev.
Filipp Goloschokin llegó a Moscú el 3 de julio con un mensaje insistiendo en la ejecución del zar.
[65] Se acordó que el presidium del Sóviet Regional de los Urales debería organizar los detalles prácticos para la ejecución de la familia y decidir el día exacto en que tendría lugar, cuando la situación militar lo dictara, contactando con Moscú para su aprobación final.
[73] Sin embargo, las solicitudes de Preston para que se le otorgase acceso a la familia fueron rechazadas constantemente.
[77] Con frecuencia consultaba con Piotr Ermakov, quien estaba a cargo del escuadrón de eliminación y afirmaba conocer el campo periférico.
Alejandra no confiaba en Yurovski, escribiendo en su anotación final en su diario, solo unas horas antes de su muerte, "si es [sic] cierto y ¡volveremos a ver al niño otra vez!".
El resto de los ejecutores comenzaron entonces a disparar caóticamente hasta que todas las víctimas previstas cayeron al suelo.
Luego le disparó a María, que corrió hacia las puertas dobles, alcanzándola en el muslo.
[90] Cuando se aclaró, se hizo evidente que, aunque los zares y varios de los criados de la familia habían sido asesinados, todos los hijos del zar aún estaban vivos y solo María había resultado herida.
Yurovski observó con incredulidad cómo Nikulin vaciaba un cargador entero de su pistola Browning sobre Alekséi, quien todavía estaba sentado paralizado en su silla; también tenía joyas cosidas en su ropa interior y en la gorra.
[96] Mientras los cuerpos estaban siendo colocados en camillas, una de las chicas gritó y se cubrió la cara con el brazo.
[98][99] Mientras Yurovski buscaba el pulso a las víctimas, Ermakov atravesó la habitación y movió los cuerpos con su bayoneta.
El sol ya había salido cuando los carros vieron la mina en desuso, que era un gran claro en un lugar llamado los "Cuatro Hermanos".
Yurovski también confiscó varios carros tirados por caballos para ser utilizados en la extracción de los cuerpos y su traslado al nuevo sitio.
Los cadáveres empapados fueron sacados uno por uno usando cuerdas atadas a sus miembros destrozados y colocados debajo de una lona.
Los cuerpos fueron cargados nuevamente en el camión Fiat, que para entonces había sido sacado del barro.
El ácido sulfúrico se usó nuevamente para disolver los cuerpos, sus caras destrozadas a culatazos y cubiertas con cal viva.
[118] Iván Plótnikov, profesor de historia en la Universidad Estatal de los Urales, ha establecido que los verdugos fueron Yákov Yurovski, Grigori P. Nikulin, Mijaíl A. Medvédev (Kudrin), Piotr Ermakov, Stepán Vagánov, Alekséi G. Kabánov (antiguo Guardia Leib del zar y chekista asignado a la ametralladora del ático),[32] Pável Medvédev, V.
Filipp Goloschokin recibió un disparo en octubre de 1941 en una prisión del NKVD y fue enviado a una tumba sin nombre.
[140] Su hijo, Aleksandr Yurovski, entregó voluntariamente las memorias de su padre a los investigadores aficionados Avdonin y Ryábov en 1978.
[25] En todas esas decisiones, Lenin insistió regularmente en que no se preservara ninguna evidencia escrita.
En este momento, sin embargo, el telegrama codificado que ordenaba la ejecución de Nicolás, su familia y su séquito ya había sido enviado a Ekaterimburgo.
[160] Aunque las fuentes oficiales soviéticas señalaban al Uralispolkom como responsable, León Trotski involucraba en su diario a Lenin.
Trotski escribió: Sin embargo, no hay pruebas concluyentes de que Lenin o Sverdlov dieran la orden.