Operación Rosario

[23]​ La documentación estableció además la Resolución Estratégica Nacional del Comité Militar de emplear a las Fuerzas Armadas para recuperar los archipiélagos australes en litigio con el Reino Unido.Los mandos resolvieron que esa unidad recibiera una misión importante y no solo simbólica.[27]​ Durante el conflicto, la Armada, así como las demás Fuerzas Argentinas, planearon una serie de operaciones y estrategias a seguir para la invasión del archipiélago.Para cumplir cada uno de estos objetivos se debía tener una acción específica y otra opción secundaria, por si la primera fracasara.Pero debido al descubrimiento del plan argentino por parte de las autoridades británicas, estas sufrieron ciertas modificaciones, pues el factor sorpresa se había perdido.Cabe agregar que también el plan de operaciones sufrió cambios debido a cuestiones meteorológicas.El submarino ARA “Santa Fe” se debía encargar del despliegue de tropas.Además, le indicó que mantuviera una buena relación con los británicos para llegar sin inconvenientes al 1, 2 o 3 de abril.[39]​[nota 7]​ Tras el diálogo con Galtieri, Reagan envió un mensaje a Thatcher expresando la situación y asegurando su apoyo en la guerra.[46]​ En estos momentos, el Gabinete británico fue informado de esto, y puso en alerta las islas.Los isleños obstaculizaron la pista del aeropuerto y apagaron el faro de San Felipe.[47]​[48]​ Ante esto, los comandantes argentinos modificaron su plan original ordenando la captura del gobernador Rex Hunt entre otras tareas.[50]​ Asimismo, se incrementaron 12.000 efectivos a las fuerzas propias destacadas en el archipiélago, sin equiparlas de los abastecimientos y servicios necesarios, sin contar con la capacidad de poder abastecer por modo marítimo debido a que la importante amenaza submarina británica excedía la capacidad para contrarrestar.Esa limitación para controlar las comunicaciones marítimas obligó a que se recurriera al modo aéreo, el cual, no resultó suficiente para poder satisfacer las demandas logísticas de las tropas en las Islas.Los marines reales fueron pronto rodeados, y se produjo un intenso cruce de fuego.La última misión de los integrantes del BIM 2 consistió en liberar a 30 ciudadanos argentinos, bajo guardia armada en el edificio Town Hall.A las 23:40, en la zona del aeropuerto se observó una bengala verde y, al poco tiempo, fue apagado el faro San Felipe.Pero los británicos, sobre aviso, habían evacuado los barracones y estaban desplegados en posiciones de combate para defender la localidad.[55]​ Uno a uno fueron zambulléndose al mar los tractores anfibios, orientándose solo con las balizas que habían colocado los buzos tácticos del submarino ARA Santa Fe.Esa formación de avanzada llegó a tierra y enfiló hacia el aeropuerto.Los Buzos Tácticos fueron quienes le avisaron al “Cabo San Antonio” que la playa estaba libre; cuando la Fuerza de desembarco arribó a la costa, ya estaban preparados y ya habían despejado la playa.[56]​ Una vez que se llega a la cabecera de pista del mismo, el subteniente Reyes recibe la orden de despejar con sus tropas del Ejercito Argentino la pista principal que se encontraba obstaculizada con maquinarias y tractores.La Vanguardia, constituida principalmente por elementos de infantería, morteros, ametralladoras y cañones sin retroceso de la Compañía Foxtrot continua hacia la zona del istmo que une el aeropuerto con Puerto Argentino sobrepasándolo rápidamente en dirección al poblado.[57]​ Las Compañías Echo (teniente de navío Carlos César Aruani) y Delta (teniente de navío Francisco Armando Di Paola) desembarcaron poco después para ocupar el faro y continuar con las misiones planeadas.El capitán de fragata Alfredo Weinstabl, comandante del BIM 2 recuerda haber ordenado avanzar la Compañía Delta del teniente de navío Francisco Di Paola como refuerzos en esta acción: El contraalmirante Busser, responsable del desembarco, comenzó a preocuparse: las tropas blindadas aún no habían entrado en contacto con los comandos, y la resistencia británica era más intensa de lo esperado.[75]​ Media docena de marines reales bajo el mando del cabo Stefan York evitaron ser capturados, pero pronto se vieron obligados a rendirse totalmente agotados a los pocos días de tomar refugio en Long Island Farm.Se rindieron los 22 Royal Marines del teniente Keith Mills atrincherados en la Punta Coronel Zelaya, con sólo un defensor herido y se entregaron sin resistencia 13 hombres más del Equipo de Estudio Antártico Británico refugiados en la Iglesia de Grytviken.[77]​ La operación arrojó tres soldados argentinos fallecidos y un helicóptero SA 330 Puma derribado Los más de 80 soldados británicos que se rindieron, descritos por Londres como “Leones de Stanley”, fueron recibidos como héroes cuando regresaron a su país pocas días después.[78]​[79]​ Tal cometido sería ejecutado por las Fuerzas de Tareas 317 y 324, bajo el mando del comandante en jefe John Fieldhouse con base en Nortwood.[82]​ Al día siguiente, el Gobierno británico congeló las divisas argentinas en Gran Bretaña, que eran unos 123 millones.
General de división Osvaldo Jorge García en la Operación Rosario, el 2 de abril de 1982.
Mapa de los movimientos realizados en los alrededores de Puerto Argentino/Stanley entre los días 1 y 2 de abril.
Restos del helicóptero Puma argentino.
Infantes de marina argentinos después de la toma.