Su misión era establecer un puesto de observación para informar al comando argentino sobre la base británica en San Carlos.
A la tarde cinco comandos regresaron quedando Duarte con tres suboficiales.
Escucharon un murmullo dentro del corredor, por lo que retrocedieron un poco para discutir si atacar o no.
En ese momento un soldado británico salió del callejón.
[6] Excepcionalmente, los argentinos permitieron que la bandera británica fuera colocada en su ataúd antes del entierro, en reconocimiento por su valor.