Las familias mapuches se retiraron y nunca más regresaron a ese lugar.
Los censos muestran que para 1840 existía un importante número de habitantes, principalmente hacia el sur del actual partido.
A partir de la creación del partido, un grupo de vecinos ―como Federico Soares, Miguel Calderón, Anastacio Chávez, Manuel López, Manuel Villarino y Valentín Fernández Coria, entre otros― impulsaron la fundación del pueblo.
Pasado ya un largo rato sin determinación consensuada, uno de los vecinos, Valentín Fernández Coria, tomó la pala ritual y se lanzó a la carrera.
Cuando el político sanjuanino Domingo Faustino Sarmiento fue designado presidente de la República, pronunció en su discurso histórico la frase «haré cien Chivilcoy», refiriéndose a esta pujante villa.
La idea utópica de Sarmiento no perduró ya sea por las trabas políticas y burocráticas del lobby roquista que por entonces dominaba el gobierno central, o bien por desidia del mismo ejecutivo, aunque este plan de ciudad, con ligeras variaciones producto de las modificaciones que promueven los cambios tecnológicos, culturales y el crecimiento demográfico, hasta hoy perdura y puede observarse.
Esto se concretaría algunos años más tarde, al quedar habilitado un by-pass que partiendo desde la localidad de Gorostiaga, evitaba en su recorrido el centro de la ciudad, estableciéndose la Estación Chivilcoy Sud, a unos 3 km del mismo.
Por entonces, son inaugurados con mucha pompa la nueva Municipalidad y la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, sobre sus respectivas localizaciones primitivas.
Hoy, toda el área adyacente, tanto interior como exterior inmediatos del anillo se hallan consolidados.
Hacia 2004 se licitaron las primeras obras para la construcción del segundo anillo circunvalatorio, proyectado en ocho etapas.
Chivilcoy es una ciudad cuyo planeamiento está caracterizado por el trazado en damero, omnipresente en las ciudades argentinas, con orientación a «medio rumbo», es decir, que todas las calles se despliegan ortogonalmente en sentido nordeste-sudoeste y sudeste-noroeste, casi sin excepción.
La ciudad se destaca por su gran cantidad de espacios verdes, que aunque fueron a lo largo del tiempo, en su mayoría, fraccionados y hasta algunos han desaparecido literalmente.
El horizonte urbano se caracterizó históricamente por ser más bien «chato», dominado por las torres de la parroquia Ntra.
En lo que respecta al desarrollo territorial extensivo, la geografía urbana se rige a través de dos «columnas vertebrales», que son las principales avenidas, antiguos caminos reales, las cuales se cortan en ángulo recto en la Plaza Mayor.
Históricamente, la ciudad creció y se desarrolló dentro de este cuadro, en torno a las avenidas principales, siendo la circunvalación como límite de crecimiento urbano, según el plan urbano que Villarino presentase ante las respectivas reparticiones gubernamentales y que fuese aprobado en 1865.
Hacia el Oeste, se imponen nombres de algunas personalidades locales y naciones desde las cuales provinieron los inmigrantes que conformaron la ciudad.
Se alternan luego, nombres de reconocimiento a algunas instituciones, y otras personalidades o hechos históricos.
Demográficamente, la ciudad de Chivilcoy tuvo desde su fundación un crecimiento estable, a excepción del período entre 1995 y 2000, donde la población registra el primer decrecimiento desde 1854.
Ya para inicios del siglo XX, la población departamental se cuantificaba en cerca de 25.000 habitantes, alcanzando en 1950 aproximadamente 40.000, y hacia 1980, unos 52.000.
En Chivilcoy se pueden encontrar diferentes tipos de mamíferos, tales como: liebres, zorros, zorrinos, vizcachas, peludos, comadrejas, etc.
Mientras que en las aves puede haber lechuzas, chimangos, teros, horneros, patos, perdices, caranchos, calandrias, urracas, jilgueros, cabecitas negras, tordos, etc.
En el centro se encuentra un sol, diseñado con elementos geométricos representando el desarrollo de las nuevas tecnologías.
Su bode superior es el cielo, y los granos de trigo que se encuentran en la tierra, marcan el borde inferior.
En 1896, adquiere un gramófono, lo instala en el comedor de la casa contigua al almacén, y realiza tertulias musicales.
Ignacio Tankel (1912-1984) se radicó en Chivilcoy hacia el año 1939 y abrió un local de fotografía sobre la avenida Soarez y, más adelante, emplazó un estudio cinematográfico en las instalaciones del Prado Español, ubicado en la avenida Güemes.
Tankel produjo más adelante otros filmes en Chivilcoy: La tierra será nuestra (1949), Las ruteras (1968) y Las dos culpas de Betina (1973).
Tal ubicación es inexistente es imposible de lograr, ya que las calles mencionadas son paralelas y no se cruzan en todo su recorrido.
La batucada se encuentra compuesta por más de 30 músicos, los cuales entre todos ellos hacen su ritmo propio e inconfundible.
Su recorrido, la diversidad de los elementos interactivos motivan al visitante a la experimentación, la recreación y el aprendizaje.
Chivilcoy tiene conexión ferroviaria con la ciudad de Buenos Aires a través del servicio regional del Ferrocarril Domingo Faustino Sarmiento, que parte desde la estación Once y llega hasta la Estación Chivilcoy Sud.