[1][2] La relación entre los movimientos literarios y el ambiente intelectual de su época es bidireccional: ambos se influyen mutuamente.
[4] El movimiento es un conjunto de autores y obras con características comunes, definidas en un manifiesto.
La corriente, sin formar una escuela propiamente dicha, ofrece una estética e ideología fuerte.
Frente a esa concepción particular del estilo, la concepción general sí identifica a los estilos con los movimientos literarios, como ocurre con el que probablemente pueda definirse como el primer movimiento literario definido en la literatura occidental: el dolce stil novo de la Italia bajomedieval, que prefigura a la modernidad; y sus precedentes (los trovadores provenzales).
[11] Identificados por la crítica o promovidos por distintos intereses, muy a menudo constituyen verdaderas operaciones publicitarias y comerciales del mundo editorial o teatral (lost generation, beat generation, teatro del absurdo, Angry Young Men, boom latinoamericano, novísimos).