Califato de Córdoba

[4]​ Posteriormente, las incursiones aumentaron el tamaño del emirato; la primera llegó hasta Córcega en 806.A comienzos del siglo X, Abderramán III tuvo que enfrentarse a una amenaza de invasión desde el norte de África por parte del califato fatimí, un imperio islámico chiita rival centrado en Ifriquía.[7]​ Incluso después de rechazar a los fatimíes, Aberramán mantuvo el título más prestigioso.[8]​ Aunque su posición como califa no era aceptada fuera de al-Ándalus ni en sus filiales norteafricanas, internamente los omeyas españoles se consideraban más cercanos a Mahoma, y por tanto más legítimos, que los abasíes.Abderramán III sometió a los señores feudales, los cuales pagaban tributos o servían en el ejército, contribuyendo al control fiscal del Califato, realizando con éxito una redistribución de la riqueza, tal como señala el geógrafo Ibn Hawqal.En medio de un desorden total, se independizaron paulatinamente las taifas de Almería, Murcia, Alpuente, Arcos, Badajoz, Carmona, Denia, Granada, Huelva, Morón, Silves, Toledo, Tortosa, Valencia, Albarracín y Zaragoza.El último califa, Hisham III, fue depuesto en 1031, y se proclamó una taifa en Córdoba.Son una rama de los Omeyas marwánidas que gobernaban en Damasco sobre el imperio árabe.El último califa de esta dinastía que gobernó en Córdoba, Hisham III, fue depuesto en 1031.Para realzar su dignidad y a imitación de otros califas anteriores, Abderramán III edificó su propia ciudad palatina: Medina Azahara.Los últimos musulmanes, que vivían bajo la ley cristiana, se verían obligados a convertirse o emigrar en el siglo XVII.Un tercer objetivo de la actividad bélica y diplomática del Califato estuvo orientada al Mediterráneo.En África, los omeyas se enfrentaron a los fatimíes, que controlaban ciudades como Tahart y Siyilmasa, puntos fundamentales de las rutas comerciales entre el África subsahariana y el Mediterráneo, si bien este enfrentamiento no fue directo entre ambas dinastías.Tras la toma de Melilla en 927 a mediados del siglo X, los Omeyas controlaron el triángulo formado por Argel, Siyilmasa y el océano Atlántico y promovieron revueltas que llegaron a poner en peligro la estabilidad de califato fatimí.Sin embargo, la situación cambió tras el ascenso de al-Muizz al Califato fatimí.Basaba su economía en la moneda, cuya acuñación tuvo un papel fundamental en su esplendor financiero.A la cabeza de la red urbana estaba la capital, Córdoba, la ciudad más importante del Califato, que superaba los 250 000 habitantes en 935 y rebasó los 400 000 en 1000, con lo que fue durante el siglo X una de las mayores ciudades del mundo y un centro financiero, cultural, artístico y comercial de primer orden.Las ciudades más importantes que junto con la capital cordobesa fomentaron el esplendor del califato fueron Toledo como punto estratégico y cultural; Pechina o Sevilla, como los principales puertos comerciales de Al-Ándalus; Zaragoza, Tudela, Lérida y Calatayud, situadas en el estratégico valle del Ebro.Los aspectos de desarrollo cultural no son menos relevantes tras la llegada al poder del califa Alhaken II a quien se atribuye la fundación de una biblioteca que habría alcanzado los 400 000 volúmenes.
Alcázar de Medina Azahara .
Estandarte real usado durante el mandato de Abderramán III .
Árbol genealógico de la familia Omeya. En azul figura el califa Utmán , uno de los 4 califas ortodoxos. En verde, los califas omeyas de Damasco. En amarillo, los emires omeyas de Córdoba. En naranja, los califas omeyas de Córdoba (nota: Abderramán III fue emir hasta el año 929, en que se proclamó califa). Se incluye el parentesco de los omeyas con el profeta Mahoma, señalado en mayúsculas.
Jarritas de asa para agua del siglo X de época califal con decoración pintada. Museo Antiquarium , Sevilla .
Pipas de hachís de cerámica halladas en Córdoba de época andalusí . El consumo recreativo del hachís estuvo muy extendido en la sociedad califal.
Interior de la Gran Mezquita de Córdoba , transformada en templo cristiano desde su conquista en 1236 . Uno de los mejores ejemplos de arquitectura islámica iniciada por la dinastía de los omeyas .
Salón Rico de la ciudad palatina de Medina Azahara . La extraordinaria belleza de sus edificios estaba diseñada para sorprender a los embajadores extranjeros.
Estatua de Maimónides en su ciudad natal, Córdoba , realizada en 1964 por Amadeo Ruiz Olmos .