Bombardeo de Albacete

Fue el octavo y más grave de los diez bombardeos que sufrió la capital.

Las bombas afectaron especialmente a zonas como Feria, Tinte, Altozano o Diputación, además de calles como Ancha, Paseo de la Libertad, Félix Arias, Hurtado Matamoros, Marzo o Sol, entre otras, así como al aeródromo de Los Llanos, asesinando a unas 150 personas.

Albacete contaba con dos baterías antiaéreas frente a los bombardeos: una en el lugar que hoy ocupa el estadio Carlos Belmonte y otra en el aeródromo de Los Llanos, que sin embargo durante este ataque no lograron derribar ningún avión enemigo.

[6]​ Entre los objetivos del ataque estaban la estación ferroviaria, donde se encontraban almacenados cerca de 300 vagones con material de guerra, y las Brigadas Internacionales, que tenían su sede en Albacete, a las que pretendía cortar el suministro, que en el momento combatían cruentamente protegiendo la capital del país.

[1]​ En represalia por los daños que sufrió la capital en el intenso ataque, el general Douglas ordenó el bombardeo de tres ciudades del bando nacional, lo cual provocó desavenencias entre este y el ministro Indalecio Prieto.

Junkers 52 como los empleados por la Legión Condor la noche del 19 de febrero de 1937 en Albacete
La verja del Palacio Provincial de Albacete todavía conserva los restos de metralla que afectaron a este histórico edificio durante el bombardeo de la Legión Condor de la guerra civil española .