La ocupación de Santa Marta contribuirá poderosamente á mis operaciones sobre Cartagena y Maracaibo».Militares como Pablo Morillo abogaban por una solución militar y con fuertes castigos a los partidarios de la república.Estas divisiones fueron una de las debilidades principales que permitieron a los patriotas conquistar la costa neogranadina entre 1819 y 1823.[19] Cuatro días después fondearon en Riohacha y exigieron su rendición, pero como la guarnición se negó la bombardearon por todo el día.[17] En respuesta, el guajiro Miguel Gómez empezó a formar guerrillas en la comarca pero fueron vencidas repetidamente.[23] Los habitantes de esa región habían destacado por su compromiso con la causa monárquica:[nota 2] «Los habitantes de Coro y Santa Marta se han distinguido en favor del Rey en esta lucha por su lealtad y valor, qualidades que han fixado la atención de S. M., y es real voluntad que se les conceda ventajas en todo lo que no cause perjuicio a las demás provincias...[25] El 18 de mayo, 52 oficiales irlandeses firmaron una queja formal por los sueldos impagos y los malos alimentos.[29] El 10 de marzo, un pequeño contingente al mando del coronel Carmona Lara ocupaba Ocaña pero sin ayudar en nada a Montilla.[32] Al día siguiente, Córdova y Maza tomaron dicha localidad después de una breve batalla naval.[35] Diez días más tarde, Carreño derrota a Sánchez de Lima cerca del río Fundación.[45] Posteriormente, en el avance republicano por Sabanilla, Barranquilla y Soledad se les incorporaron 800 voluntarios de la región.[4][5] Otro autor decimonónico, González Chaves, afirmaba que fueron 1800 los republicanos en el combate, aunque al día siguiente entraron en Santa Marta 2000.[48] Estos números coinciden con los expresados en una carta de Luis Brión sobre el ejército realista reunido meses antes:[nota 3] «y el enemigo colectaba gente en la Ciénaga, que, reunida a la tropa de línea, marchaba sobre él [Montilla] con caballería, tuvo que replegarse hasta la ciudad del Hacha, a donde vino a atacarnos en número de dos mil».[67] El historiador colombiano Enrique Uribe White da un número similar al referirse a las fuerzas realistas que había en la ciudad en 1815: «El Capitán General Juan Montalvo, jefe realista de Santa Marta, con 2000 hombres, que no creyó posible resistir a Bolívar».[79] Según el militar e historiador colombiano Leónidas Flórez Álvarez, Carreño consiguió silenciar en diez minutos las baterías de Pueblo Viejo pero entonces los habitantes de San Juan Bautista le empezaron a disparar desde sus casas.[79] El oficial patriota decidió flanquear las baterías y dirigirse directamente contra el resguardo, cuyos habitantes se defendieron parapetados en sus casas, manteniendo un nutrido fuego que causó muchas bajas a sus enemigos y defendiendo cada palmo de tierra.[37] Sin embargo, los defensores fueron imprudentes, pues habían abandonado las trincheras con fosos, empalizadas y fortines con baterías de artillería para contraatacar.Así los indígenas abandonaron sus trincheras en cuanto los republicanos se acercaron para un combate con bayonetas en las playas.[80] Esto fue aprovechado por los furiosos republicanos para seguir cargando y desordenar al contingente enemigo.[37][81] Para finalizar, Carreño puso su vanguardia al mando de Maza y le ordenó avanzar a Santa Marta.[5] Poco después empezó a ordenar al resto de su división que también siguiera.[74] Francisco Burdett O'Connor relata que dos españoles heridos, en la noche posterior, fueron encontrados sin poder moverse en el campo de batalla.En combates anteriores, el mismo edecán había hecho colgar a los prisioneros de los pies para luego decapitarlos y arrojarlos al río.[82] Se la considera una de las batallas más sangrientas del conflicto, al parecer sólo superada por Ayacucho.[84][8] Saether acepta parcialmente estos números, aunque los reduce un poco, 800 bajas para los vencidos y 140 para los vencedores.[5][87] Durante la noche, el gobernador Ruiz de Porras huyó por mar a Chagres con los tres principales vecinos.[5][87] Lo hizo en una goleta que entró en el puerto y logró escabullirse del bloqueo sin ser vista; dejó atrás a sus partidarios.[88] Después de la victoria, el coronel Montilla se dirigió a la ciudad[79] y junto al doctor Pedro Gual formaron un gobierno.[95] La respuesta no se hizo esperar, muchos hombres adultos huyeron a los bosques y formaron guerrillas.