José Prudencio Padilla

Para 1803, Padilla, que ya había cumplido diecinueve años, ingresó a la Real Armada española del Nuevo Reino de Granada.

Padilla participó en esta batalla a bordo del navío de línea español: San Juan Nepomuceno.

Este proceso independentista había sido desencadenado por la invasión napoleónica a España, la cual generó una crisis de legitimidad, que buscó solucionarse por medio del traslado de la soberanía, que hasta entonces había residido en el rey, al pueblo.

Desde 1812 participó exitosamente en la lucha contra las provincias realistas de Santa Marta y Riohacha, siendo nombrado contramaestre del bergantín Independiente.

En 1815 fue encarcelado, al ser acusado de traición por Mariano Montilla, un criollo venezolano que desde entonces se convertiría en su mayor opositor.

Padilla no retornó con él sino que se integró a las tropas del general Manuel Piar.

[1]​ A Padilla se le reconoce generalmente por su faceta militar, olvidando que fue una figura importante dentro de la política local cartagenera.

En Cartagena, entre los criollos se empezó a generar indignación con el estatus que había alcanzado un pardo como Padilla.

Marixa Lasso, doctora en historia, explica así el episodio:Tal irrespeto se ajustaba a las relaciones tradicionales entre los hombres de la élite y sus amantes pardas.

Estas relaciones reforzaban las jerarquías raciales de la Colonia deshonrando a las mujeres pardas, quienes eran excluidas del honorable rol de esposas legítimas, mientras que mantenían intacto el honor del hombre blanco.

El honor del hombre blanco iba ligado al de su legítima esposa y sus hijos; lo que os deshonraba era casarse con una mujer parda, mas no sostener relaciones extramatrimoniales con ellas.

Padilla y otros republicanos radicales alteraron estas jerarquías, al otorgarles a las mujeres pardas el mismo estatus y trato que a las mujeres de la élite.

Desde 1826 apareció una nueva incertidumbre en la nueva república, no solo por el temor hacia la fragmentación territorial, por las intenciones separatistas de Venezuela, sino también por la creciente división política, entre centralismo y federalismo, de Bolívar y Santander.

[1]​ Mientras tanto, durante marzo del mismo año, Montilla, asumió facultades extraordinarias para restaurar el orden público, retirando a su vez las tropas de Cartagena.

Cuando Montilla buscó llevar a juicio a Padilla, se encontró con que los integrantes del Cabildo de Cartagena no habían considerado que el actuar de Padilla fuera para nada antipatriótico, sino todo lo contrario.

Marixa Lasso explica así sus últimos días:Una vez allí, su ya precaria situación se hizo aún peor, pues fue vinculado con el complot del 25 de septiembre para asesinar a Bolívar.

El mensaje era claro: la raza era una carta muy peligrosa que podía llevar a fatales consecuencias.

Cuando el sargento a cargo de la ejecución le removió las charreteras, Padilla exclamó: "esas no me las dio Bolívar sino la República".

Algunos conjurados escalaron las paredes del edificio que le servía de cárcel y asesinaron al coronel José Bolívar, que lo custodiaba, para liberarle y nombrarle como jefe, lo cual rehusó volviendo a su alojamiento.

Sin embargo, me consuela mucho el espiritú que muestra la nación por todas partes, y espero que la buena conducta del Gobierno y la ausencia de estos asesinos mejoren todavía más el espíritu público, No es creíble el entusiasmo con que me han felicitado todos los pueblos de Colombia.(...

)"Sin embargo tales amenazas resultaban infundadas, como lo demostró el hecho de que su muerte no generara grandes protestas.

[17]​ Asimismo, las luchas en contra del general Rafael Urdaneta se hicieron para vengar a Padilla, a lo que, una vez inaugurada la nueva constitución y retornado Santander se hicieron extendidas en el gobierno nacional, diferentes proclamas en diarios así como un funeral simbólico.

Es fundamental la relectura en esta clave, en la medida que Padilla encarnaba las oportunidades que se abrieron a modestos pardos como él en las guerras de independencia como los límites de la igualdad legal decretada por las constituciones independentistas.

En el bulevar de Park Way en Bogotá existe una estatua en bronce en su honor.

El autor colombiano Oscar Perdomo Gamboa, escribió una novela inspirada en la vida de Padilla, libro titulado "Allá en la guajira arriba" que fue premiado con el Estímulos 2016 por parte de la Gobernación del Valle del Cauca.

Dibujo del San Juan Nepomuceno, barco en el cual sirvió Padilla en la batalla de Trafalgar.
Fusilamiento de los próceres de Cartagena, por parte de la expedición pacificadora, el 24 de febrero de 1816,. Generoso Jaspe, (Museo Nacional de Colombia).
Acción del Castillo de Maracaibo (ca. 1840) , óleo de José María Espinosa (c. 1845-1850).
Grabado de Mariano Montilla , principal opositor de Padilla.
Estatua del almirante Padilla en la plaza homónima, Riohacha , Colombia
Monumento Almirante Prudencio Padilla.