El barrio de Santiago fue una demarcación del antiguo Madrid cuando su distribución urbana estaba dividida en cuarteles (o quarteles) que a su vez comprendían distintos barrios.
[5] El viejo barrio cercano al alcázar que primero había ocupado el recinto musulmán y más tarde el cristiano de la Edad Media, desapareció bajo la piqueta durante la guerra de la Independencia Española cuando José Bonaparte mandó destruir los edificios, las iglesias y las calles con la pretensión de convertir el espacio en una zona abierta y amplia que conduciría por grandes avenidas al palacio real.
[2] Hasta principios del siglo XIX el viejo barrio se había ido manteniendo más o menos modificado.
En el siglo XX se podía contemplar como un espacio decimonónico con algunas calles estrechas, recodos y plazuelas.
[7] Siguiendo hacia el norte se accede a la calle del Bonetillo cuyo título se ha venido relacionando con una leyenda de trama romántica y espeluznante con fantasmas y aparecidos.
Es otra de las calles cuyo topónimo se alimenta en la leyenda sin base histórica.
[16] Siguiendo el recorrido perimetral desde la calle del Espejo que a la altura de San Bartolomé hace una curva y se dirige al oeste, se llega a la calle de Santa Clara.
La manzana 429 abarcaba el convento con su iglesia, la de Santiago y las casas del matrimonio citado.
El nacimiento se celebró con gran pompa y la madre del neófito, Juana de Pimentel, fue obsequiada por los reyes con un rubí.
Se llamó así por haber situado allí el Tribunal de cruzada.
[20] En tiempos de los árabes era una gran explanada en torno al alcázar.
[23] Esta familia tenía su casa solar en el número 4; frente a ella existió la casa del regidor Velázquez de la Canal[24] cuyo testamento se conserva y en él describe claramente su vivienda:[25]
[26]Con la destrucción del barrio cayeron las iglesias de Santiago, Santa Clara y San Juan, esta última ubicada en la manzana 430 en la calle de San Juan.
En su bóveda halló sepultura el pintor Velázquez cuyos restos se perdieron con la demolición.
[28][d] Las calles de San Juan y Santiago habían sido desde el principio dos vías importantes.