Su origen de atalaya morisca, que servía como torre de señales a la antigua «Mayrit» o «Majerit», y llamándose en lengua latina a estas atalayas «specula» (atalaya), pudo confundirse luego con «speculum» (espejo) y darle así su nombre legendario de Espejo.
El rey Felón se ilusionó con la empresa de hacer una gran plaza circular y un coliseo, pero cambió de idea y se quedó todo a medio hacer, hasta que en un nuevo capricho se derribó lo que había, "se niveló el terreno, se edificó el teatro y se edificaron varias manzanas de casas entre la iglesia de Santiago y la calle del Espejo, formando calles simétricas (sic), pero que resultaban tristes y poco transitadas".
[5] Por su parte, Isabel Gea echa leña al fuego especulando que le pudo venir este nombre a la calle por el hecho de que en ella tuvo su casa Antonio de Espejo, explorador en los virreinatos del Nuevo Mundo, entre 1571 y 1582.
[6] En esta calle del Espejo vivió entre 1777 y 1779, Francisco de Goya, tras dejar su primer domicilio conyugal madrileño en una casa contigua a la de su cuñado y protector Francisco Bayeu en la del Reloj.
[7] Un siglo después, en 1877, murió en la casa con los números 9 y 11 Juan Daniel Sokondopale, director de orquesta del Teatro Real, y uno de los más activos músicos del Madrid galdosiano.