Apariciones de Jesús resucitado

Más tarde, once de los discípulos (menos Judas Iscariote) fueron a un monte de Galilea para encontrarse con Jesús, quien se les aparece y les encarga hacer discípulos de todas las personas y bautizarlos en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo, lo que es conocido como la Gran Comisión.

En el Evangelio de Juan, María encuentra a Jesús en la tumba vacía, y él le dice «No me toques», porque todavía no había subido a su Padre.

En Lucas 24:13-32, Cleofás y su compañero relatan cómo reconocieron a Jesús «al partir el pan».

[11]​[12]​[15]​[16]​[17]​[18]​ En cuanto a este credo, Campenhausen escribió: «Este relato reúne todas las exigencias de fiabilidad histórica que podrían hacerse de tal texto»,[19]​ mientras que A. M. Hunter dijo: «El pasaje, por lo tanto, conserva únicamente principios y testimonios verificables.

[20]​ En disidencia con la opinión mayoritaria, Robert M. Price y Hermann Detering argumentan que 1 Corintios 15:3-4 no era un credo cristiano temprano, sino una interpretación post-paulina.

[24]​ Michael Goulder, otro estudioso escéptico, afirma que «se remonta al menos a lo que Pablo enseñó cuando se convirtió, un par de años después de la crucifixión».

[25]​ Juan de Patmos experimentó una visión del Cristo resucitado descrita en Apocalipsis 1:12-20.

La razón por la que Juan describe a María como permaneciendo fuera de la tumba es desconocida, aunque Agustín de Hipona propuso que «cuando los hombres se fueron, un afecto más fuerte mantuvo al sexo débil firmemente en su lugar».

Juan representa a María como llorando, en última instancia, haciendo que su nombre sea asociado con Maudlin (una corrupción de Magdalena, «tipificando el arrepentimiento entre lágrimas»).

[26]​ Tanto los ángeles se dirigen a María como mujer, y luego le preguntan por qué había estado llorando.

Esto no es tan tosco como puede parecer al principio ya que el término subyacente griego (gynai) era la forma educada para dirigirse a una mujer adulta.

Mientras que los sinópticos demuestran un conocimiento de las creencias judías, y la gente en la tumba se presentan como conmocionada y temerosa de los ángeles, Juan no muestra esa conciencia.

Calvin intentó justificar esto con el argumento de que en Juan solamente fue incluido lo necesario para respaldar la resurrección.

Marcos menciona el encuentro post-tumba de María con Jesús, pero no da detalles, aunque comenta que Jesús había echado siete demonios fuera de ella, lo que se supone indica un exorcismo.

Lucas señala que «[las mujeres] se acordaron de sus palabras, y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás.

Mas a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían» (Lucas 24:8-11).

La frase en latín, Noli me tangere («No me toques»), llegó a ser conocida como una referencia a estas palabras que se encuentran en las traducciones del Evangelio de Juan, palabras que parecen estar en contradicción con la posterior invitación de Jesús a Tomás Dídimo, en ese mismo capítulo, para que tocara sus manos y su costado (Juan 20:27); y con el registro en Mateo 28:1-9, donde María Magdalena y «la otra María» le abrazan sus pies.

Hay una amplia variedad de soluciones propuestas, tal vez las más fáciles sugieren una corrupción textual, señalando que la palabra «no» originalmente no estaba allí; por su parte, W. E. P. Cotter propuso que el texto originalmente hablaba del miedo en lugar del contacto (es decir, «no me temas»); y W. D. Morris propuso que originalmente se refería al miedo al tacto (es decir, «no temas tocarme»).

Kraft propone que las normas judías de pureza ritual prohibían el contacto con un cadáver, y Jesús deseaba hacer cumplir esto, con respecto a sí mismo como muerto; mientras que C. Spicq propone que Jesús se vio a sí mismo como sumo sacerdote judío, el cual no estaba destinado a ser manchado por agentes físicos en contacto; y varios otros han propuesto que se ordenaba a María tener fe y no buscar pruebas físicas.

En consecuencia, otras propuestas giran en torno a retratar a Jesús como defendiendo alguna forma de propiedad, con Juan Crisóstomo[28]​ y Teofilacto argumentando que Jesús estaba pidiendo que se le mostrara más respeto.

La noción de «propiedad» sostenida por ellos está vinculada a la idea de que, si bien no era apropiado para una mujer tocar a Jesús, sí lo era para un hombre como Tomás.

H. C. G. Moule sugirió que Jesús está meramente tranquilizando a María, demostrando que él está firmemente en la tierra y que ella no necesita llevar a cabo ninguna investigación; otros han sugerido que Jesús está simplemente preocupado por mantenerse dentro del tema, esencialmente, diciendo a María «no pierdas el tiempo tocándome, ve y dile a mis discípulos».

La frase se convirtió en uno de los principales argumentos en el debate cristológico desde la Iglesia primitiva, aparentemente sugiriendo algún tipo de intangibilidad (una visión compartida en la era moderna por Bultmann) y, por lo tanto, aparece defendiendo el docetismo (una visión donde el cuerpo de Jesús no es resucitado como un objeto físico: «no me toques, porque no se puede»).

En este sentido, las palabras de Cristo a María Magdalena podrían representar el hecho de que él, como el sumo sacerdote celestial, no debe ser tocado hasta que haya entrado al Santo de los Santos celestial a aparecer ante «mi Dios y vuestro Dios» (es decir, indicando la relación humana con Dios que comparte con María Magdalena y sus discípulos) y «mi Padre y vuestro Padre» (es decir, indicando la relación divina con Dios que comparte con María Magdalena y sus discípulos como el primogénito de una nueva humanidad).

(Porque Jacobo había hecho voto de no comer pan desde aquella hora en que bebió el cáliz del Señor hasta tanto que le fuera dado verle resucitado de entre los muertos).

Cena de Emaús , Caravaggio representa el momento en que los dos discípulos reconocen a Jesús, recordando la frase "Él nos explica las escrituras y parte para nosotros el pan".
Cena en Emaús , por Matthias Stom , c. 1633-1639. Nótese la «fracción del pan» como el momento preciso de reconocimiento por parte de los discípulos.
La pesca milagrosa de 153 peces , por Duccio , siglo XIV . Jesús está de pie a la izquierda, en la cuarta aparición del Resucitado en el Evangelio de Juan.
La percepción de Rembrandt del momento cuando María vuelve la cabeza y ve a Jesús recién resucitado. Él está sosteniendo una pala para explicar la creencia inicial de María de que Jesús era un jardinero.
La percepción de Rembrandt del momento cuando María vuelve la cabeza y ve a Jesús recién resucitado. Él está sosteniendo una pala para explicar la creencia inicial de María de que Jesús era un jardinero.
Jesús se aparece a la Magdalena de Fra Angélico . Jesús aparece sosteniendo una azuela, simbolizando el pensamiento de María de él como un jardinero.
Noli me tangere , por Hans Holbein el Joven .
Apariciones de Jesús resucitado. En sentido horario desde la parte inferior: Resurrección , Noli me tangere , Ascensión , Pentecostés (Meister des Schöppinger, c. 1449, Pfarrkirche, Westfalia ).