El neón es un elemento químico de número atómico 10 y símbolo Ne.
Es un gas noble, incoloro, prácticamente inerte, presente en trazas en el aire, pero muy abundante en el universo, que proporciona un tono rojizo característico a la luz de las lámparas fluorescentes en las que se emplea.
El neón fue descubierto en 1898 por los químicos británicos William Ramsay (1852–1916) y Morris Travers (1872–1961) en Londres.
El siguiente, después de haber eliminado el criptón, era un gas que emitía una luz roja brillante bajo una descarga espectroscópica.
[4][5] Sin embargo, el análisis espectroscópico posterior reveló que estaba contaminado con argón y monóxido de carbono.
El brillo y el llamativo color rojo causaron que la publicidad marcara una diferencia significativa respecto a la competencia.
[15] Su rareza en la Tierra, como la del helio, se debe a su ligereza, alta presión de vapor a muy bajas temperaturas e inercia química, todas propiedades que tienden a evitar que quede atrapado en las nubes de polvo y gas condensado que formaron los planetas sólidos más pequeños y cálidos como la Tierra.
[20] La Invasión rusa de Ucrania de 2022 también cerró dos empresas en Ucrania: LLC "Cryoin engineering" (en ucraniano: ТОВ "Кріоін Інжинірінг") y LLC "Ingaz" (en ucraniano: ТОВ "ІНГАЗ") ubicadas en Odesa y Mariupol respectivamente; que producían aproximadamente la mitad del suministro mundial.
[19] Aun cuando el neón es inerte a efectos prácticos, se ha obtenido un compuesto con flúor en el laboratorio.
No se sabe con certeza si este o algún otro compuesto de neón distinto existe en la naturaleza, pero algunas evidencias sugieren que puede ser así.