La iluminación de neón se convirtió rápidamente en un accesorio popular en la publicidad al aire libre.
Hacia 1917 Daniel Moore desarrolló la lámpara de neón, mientras trabajaba en la General Electric Company.
Moore montó dos electrodos muy juntos en una bombilla y añadió gas neón o argon.
Los electrodos brillan en rojo o en azul, dependiendo del gas, y las lámparas duran años."
Como los electrodos pueden tomar casi cualquier forma imaginable, una aplicación popular es la de crear lámparas decorativas muy variadas.
Debido a esto, la circuitería eléctrica externa a la lámpara de neón, debe proporcionar un método de limitar la corriente del circuito o este se incrementará hasta que la lámpara se autodestruya.
Un efecto de fotoionización puede observarse aquí, a media que la zona del electrodo cubierta con la descarga puede incrementarse por la luz brillando en la lámpara.
Idearon incluso circuitos lógicos digitales, memorias binarias y divisores de frecuencia usando neones.
Las mayores se usan en letreros de neón, ya que debido a su bajo consumo eléctrico son buenas luces nocturnas.