En otros casos, como en las planchas, calentadores, etc., se emplean resistencias para producir calor aprovechando el efecto Joule.
Esta potencia se puede identificar visualmente a partir del diámetro, sin que sea necesaria otra indicación.
Para caracterizar un resistor hacen falta tres valores: resistencia eléctrica, disipación máxima y precisión o tolerancia.
Los resistores menores de 10 Ω tienen una 'R' para indicar la posición del punto decimal.
Los componentes Through-hole suelen tener "cables" que salen del cuerpo "axialmente", es decir, en una línea paralela al eje más largo de la pieza.
Debido a su elevado precio, estas resistencias ya no se utilizan en la mayoría de las aplicaciones.
[2] También se demandan para la reparación de equipos electrónicos antiguos en los que la autenticidad es un factor importante.
Las resistencias de película fina se fabrican por sputtering, o pulverización catódica, al material resistivo sobre un sustrato aislante.
Esto es similar a la forma en que se fabrican las resistencias de carbono.
También son beneficiosas su estrecha tolerancia, su bajo coeficiente de temperatura y su estabilidad a largo plazo.
El conjunto está protegido con una capa de pintura, plástico moldeado o un esmalte horneado a alta temperatura.
Estas resistencias están diseñadas para soportar temperaturas inusualmente altas, de hasta 450 °C.
Las grandes resistencias bobinadas pueden tener una potencia nominal de 1000 vatios o más.
Debido a que las resistencias bobinadas son electromagnéticas tienen más inductancia indeseable que otros tipos de resistencias, aunque enrollar el cable en secciones con dirección alterna puede minimizar la inductancia.
Para los circuitos más exigentes, se utilizan resistencias con bobinado de Ayrton-Perry.
El Nicromo y el Chromel C son ejemplos de una aleación que contiene hierro.
Un shunt típico consiste en dos bloques metálicos sólidos, a veces de latón, montados sobre una base aislante.
Cuando se requiera un ajuste continuo del valor de resistencia durante el funcionamiento del equipo, el grifo de resistencia deslizante se puede conectar a una perilla accesible para un operador.
Estos suelen ofrecer diez vueltas de sus ejes para cubrir su rango completo.
Un invento relacionado, pero más reciente, utiliza un compuesto de tunelización cuántica para detectar la tensión mecánica.
Pasa una corriente cuya magnitud puede variar en un factor de 1012 en respuesta a los cambios en la presión aplicada.
La resistencia logra una precisión tan alta en su valor, como en su especificación de temperatura, debido a que la misma debe ser considerada como un sistema, donde los materiales que la conforman interactúan para lograr su estabilidad.
Una hoja de metal muy fino se pega a un aislador como el vidrio o cerámica, al aumentar la temperatura, la expansión térmica del metal es mayor que la del vidrio o cerámica y al estar pegado al aislador, produce en el metal una fuerza que lo comprime reduciendo su resistencia eléctrica, como el coeficiente de variación de resistencia del metal con la temperatura es casi siempre positivo, la suma casi lineal de estos factores hace que la resistencia no varíe o que lo haga mínimamente.
En la tecnología de resistencias había dos tipos emergentes, las hechas con películas metálicas muy finas, depositadas en substratos aislantes, como el vidrio o la cerámica, y cuyo depósito se realizaba con técnicas de evaporación metálicas.
Las hojas metálicas se pegaban a substratos aislante, como el vidrio o la cerámica.
Algunos sistemas deben transitar el espacio profundo durante 10 años o más antes de activarse.
En ambos casos, cualquier cambio en las relaciones de estas resistencias afecta directamente la función del circuito.
Como se indicó inicialmente, hay un efecto de interacción de fuerzas entre la hoja metálica y el substrato; la hoja metálica se comporta como una galga extensométrica, que es un sensor basado en el efecto piezorresistivo, un esfuerzo que deforma a la galga producirá una variación en su resistencia eléctrica.
Estudiando este desarrollo, se puede especular que los técnicos que utilizaban las galga extensométrica, midiento las propiedades mecánicas de los vidrios y cerámicas, encontraron una variación muy chica de la resistencia con la temperatura, debido precisamente al efecto citado inicialmente.
La primera descripción de este sistema, utilizando las propiedades geométricas, físicas y químicas, como la geometría Cox, el efecto Kelvin y el uso de la aleación níquel-cromo, fueron integradas todas ellas en un componente, fue realizada por Zandman en 1970.