En la lengua común las larvas reciben frecuentemente nombres distintos a los adultos; ése es el lugar que ocupan palabras como oruga (mariposas), cresa (moscas), o renacuajo (ranas y sapos) Las larvas difieren siempre muy significativamente de los adultos, en aspectos como tamaño, forma externa, e incluso anatomía interna y fisiología (desarrollo de sus funciones).Muchos invertebrados marinos bentónicos producen larvas planctónicas que son arrastradas por las corrientes y así pueden colonizar substratos nuevos.El caso más notable es el que se observa en muchos anfibios caudados, como el conocido ajolote, donde los individuos neoténicos alcanzan la madurez reproductiva sin metamorfosearse.En los insectos con metamorfosis completa (holometabolismo) existen varios estadios de desarrollo: huevo, larva, pupa e imago (adulto) netamente diferenciados.[4] En otros casos las diferencias son discretas como ocurre en los insectos hemimetábolos, donde sólo faltan las alas y el desarrollo de los genitales en los estadios juveniles, a los que se llama entonces ninfas, no larvas.
Larvas de
mosquitos
del género
Culex
. Como se puede ver en la foto, las larvas forman grupos compactos en aguas estancadas. Un cambio en el comportamiento alimenticio de estos mosquitos permite explicar el aumento de la prevalencia del
virus del Nilo Occidental
en América del Norte.