Karl Böhm

Si bien desde sus primeros años la música fue su verdadera vocación, siguiendo los deseos de su padre, que era abogado y que deseaba para él una profesión segura, estudió inicialmente derecho, obteniendo el doctorado en dicha materia.

En 1931 fue contratado por la Orquesta de Hamburgo, donde entró en contacto con Richard Strauss, cuyas óperas ya había dirigido en Múnich y Darmstadt.

A pesar de lo corto del período en que permaneció en este cargo, debido al desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, Böhm hizo renacer esta institución, del bajo nivel en que había caído en los últimos años.

Allí permaneció hasta 1953, preparándose así para retomar su antiguo cargo en Viena, mientras duraba la reconstrucción del teatro.

Su repertorio abarcó una amplia gama de autores tales como Wagner, Brahms, Bruckner, Schubert, Beethoven, Mozart, Richard Strauss, Berg y Schönberg, entre otros.

Al parecer y tras el referéndum, controlado por los nazis para justificar la anexión, Böhm declaró que “cualquiera que no apruebe en un cien por ciento esta acción de nuestro Führer, no merece llevar el honorable nombre de alemán”.

Los críticos siempre subrayaron la precisión rítmica de la dirección de Böhm y se decía que con él, siempre se podía percibir el valor de las notas mientras otros entendían que dirigía con una batuta excesivamente “metronómica”, haciendo referencia a la exagerada precisión con que mantenía el ritmo.

En ocasiones, en sus programas aparecía la sinfonía Matías el pintor, de Hindemith; Schönberg le fue del todo ajeno; su Beethoven fue siempre referencial y en Bruckner alcanzó cotas muy notables al nivel de su colega Eugen Jochum, ocho años más joven y especialista en el compositor.

Böhm fue un director que relativamente pocas veces en su larga carrera volvió a grabar su repertorio, a menos que la evolución de la tecnología permitiera un progreso real en la calidad de las propias grabaciones.

Así fue con algunas obras sinfónicas muy queridas para él, grabadas a fines de los años 1950 aún en mono, y luego regrabadas en los años 1960 y finales de los años 1970 (Beethoven, Brahms y Richard Strauss, en particular) con la excepción de su amado Mozart, al que quiso volver en sus últimos años, pudiendo dejar solo las últimas seis sinfonías, además de la n.º 29 KV 201 y la música fúnebre masónica.

Su última grabación fue la versión cinematográfica de Elektra con Rysanek en el rol titular acompañada por Astrid Varnay.

Böhm-Schlössl, placa conmemorativa en la casa, Graz
Karl-Böhm-Saal, Salzburg
Placa conmemorativa en Viena