Un temprano amor por la música lo llevó a tomar clases de piano.
En aquel tiempo también dirigió el Festival Wagner en Bayreuth y también trabajó con la Orquesta Filarmónica de Viena.
Sin embargo, en 1918, su sentimiento progermánico le creó problemas, especialmente cuando rechazó dirigir el Himno Nacional de Estados Unidos en un concierto en la Primera Guerra Mundial.
Muck realizó más grabaciones y apareció regularmente en Bayreuth, donde sus interpretaciones definitivas de Richard Wagner establecieron un alto estándar que fue sólo modificado por las apariciones históricas de Arturo Toscanini en 1930, la primera vez que un director no alemán participó en el festival.
Conocido por su aproximación a la música autocrática pero poderosa, Muck murió en Stuttgart.