El tesorero (traducido en inglés Lord High Treasurer, ya que su función era similar a su equivalente en Inglaterra) fue inicialmente responsable de recaudar y administrar los ingresos y prerrogativas reales (regalia), especialmente al reducirse las propiedades reales considerablemente bajo Andrés II de Hungría (r. 1205-1235).Durante las próximas décadas, la esfera de autoridad del tesorero se amplió significativamente al adoptar importantes funciones judiciales sobre asuntos financieros y se convirtió en el más alto juez del reino tras el Palatino y el Juez Real.Según el historiador Győző Ember, las tareas eran tan variadas que el titular del cargo ya no podía realizarlas solo.[2] Por el contrario, el historiador Pál Engel consideraba a un tal Demetrio, hijo de Pedro, como el primer tesorero real, que ocupó la dignidad desde 1359 hasta 1370,[1] durante el reinado del rey Luis I (r. 1342-1382).[4] Según Engel, el cargo de tesorero real adquirió un estatus permanente en 1377, posiblemente por iniciativa del propio Demetrio.[2] Carlos I ya se refería a Paul Magyar como thesaurarius noster en 1325 (el año anterior era todavía sólo castellano de Gímes[2]).Dos años más tarde Juan, canónigo de Fehérvár (entre 1313 y 1345) fue mencionado como tezaurarius regalis et custos ecclesie Albensis por una cédula real.[2] El primer funcionario que parece haber sido valorado por su experiencia financiera fue Nicolás Zámbó, designado para el cargo en 1377.Los ingresos privados como terrateniente, sin embargo, pertenecían a la competencia del castellano de Buda.A petición de la Dieta, Juan Ernuszt prometió que ejecutaría las nuevas leyes.Aunque su primer presidente, Nicolás Gerendi, todavía ostentaba la dignidad de thesaurius, sus sucesores finalmente abandonaron el título.[7] Juan I, cuyo reino significó la supervivencia de la tradición administrativa húngara, mantuvo el cargo.