Los autores cómicos de la Editorial Bruguera lograron configurar un estilo fácilmente reconocible, a medio camino entre el entretenimiento infantil y el costumbrismo satírico.
Con el paso del tiempo, fueron enriqueciéndose los argumentos y se escribieron historietas de mayor extensión.
La estructura narrativa de estos cómics humorísticos seguía siempre una misma pauta: al comenzar, se presentaba un deseo del protagonista, que terminaba indefectiblemente frustrándose.
Y si el núcleo familiar es sede de conflictos, mucho más lo es el ámbito laboral.
Héroes imposibles: aunque cargados de buenas intenciones, solo consiguen provocar catástrofes.
Felices e inconscientes: personajes que viven en su propio mundo, ajenos a las normas sociales.
La fraternidad sádica: un cuarto grupo lo constituyen los personajes de las series encuadradas en el ámbito familiar.
Esto incluye también otros guionistas y directores como Francisco Alonso, Manuel Arrufat, José Luis Ballestín, Jesús de Cos, Julio Fernández, Rafael González Martínez, José María Lladó, Armando Matías Guiu, Francisco Pérez Navarro, Jaume Ribera, Eugenio Sotillos y Montse Vives, entre muchos otros.
[10] En el campo de la historieta, el papel desempeñado por Bruguera durante la posguerra española fue fundamental.
En estas publicaciones colaboraron importantes autores de la historieta española como Peñarroya, Escobar, Vázquez, Ibáñez y Raf, entre muchos otros.