[8] Cerró también las colecciones de cuadernos humorísticos, cuyos autores se integraron en las revistas Jaimito y S.O.S. (esta última creada en 1948).
[4] Valenciana, que competía ya a un nivel nacional, lanzó publicaciones para niños como Mariló (1950), que se convierte pronto en una revista juvenil femenina; Pumby (1953), de protagonismo animal, y Cuentos gráficos Cascabel (1956), donde destacaron autores como Emilio Frejo.
[12] Muchos de sus autores humorísticos empezaron, sin embargo, a trabajar también para Editorial Bruguera, como Carbó, Rojas, Sifré o el mismísimo Sanchis.
Valenciana, que cambió su nombre a Ediprint en 1974 y Edival en 1975, empezó a lanzar reediciones coloreadas y remontadas de sus cuadernos de aventuras clásicos, comenzando por "El Guerrero del Antifaz" en 1972, así como material extranjero.
[13] Cuando la editorial cerró en 1984, sus propietarios se quedaron con los originales de los autores[14] y estos tuvieron que litigar para recuperar sus derechos, no consiguiéndolos Sanchís hasta 1999.