Las doctrinas filosóficas que niegan o minimizan la cuestión de los valores son institucionalismo, materialismo histórico (incluyendo marxismo), conductismo, teorías pragmáticas, filosofía postmoderna y varias teorías de orientación objetivista.
Los filósofos han hecho varias distinciones útiles en el tratamiento del valor.
No es necesario que los bienes intrínsecos e instrumentales definan categorías mutuamente excluyentes.
Un concepto de: "Comprender la ciencia" puede ser uno de esos bienes, al ser un medio para conseguir otros bienes además de valer la pena en sí mismo Un argumento prominente en la ética ambiental, planteado por escritores como Aldo Leopold and Holmes Rolston III, es que la naturaleza silvestre y los ecosistemas sanos tienen un valor intrínseco, anterior y aparte de su valor instrumental como recursos para los seres humanos, y por lo tanto deben ser preservados.
Esta línea de argumentación ha sido articulada con más detalle en los últimos años por el filósofo canadiense John McMurtry en el marco de la Encyclopedia of Life Support Systems publicada por la UNESCO.
En otras palabras, tales bienes sólo son "buenos" cuando se cumplen ciertas condiciones.
Esto contrasta con otros bienes, que pueden considerarse "buenos" en una variedad más amplia de situaciones.
Demostró que muchos bienes prácticos únicamente son buenos en estados-de-las-cosas descritos mediante una frase que contiene una cláusula "si", por ejemplo, en la frase "El sol únicamente es bueno si no vives en el desierto".
Además, la cláusula "si" a menudo describía la categoría en la que se había dictado la sentencia (arte, ciencia, etc.).
Es muy importante tener esto en cuenta, porque el imperativo categórico de Kant evita este defecto.
Lo que la comunidad percibe como de importancia primordial para ellos denota o descifra sus atributos sociales.
Max Weber, Émile Durkheim, Talcott Parsons y Jürgen Habermas son algunos de sus exponentes.
El análisis económico hace hincapié en los bienes que se buscan en un mercado y tiende a utilizar las elecciones del consumidor como prueba (preferencia revelada) de que diversos productos tienen un valor económico.
Desde este punto de vista, es inevitable la lucha religiosa o política sobre qué "bienes" están disponibles en el mercado, y el consenso sobre algunas cuestiones básicas sobre el cuerpo y la sociedad y los ecosistemas afectados por la transacción, quedan fuera de los bienes del mercado siempre que no tengan dueño.
Los economistas ecológicos tienden a creer que la "riqueza real" necesita un valor determinado por el donante como medida de las cosas que se necesitan para fabricar un artículo o generar un servicio (H. T. Odum, Environmental Accounting: EMERGY and environmental decision making.