Lucía de Siracusa

Probablemente se llamaba Lucio, dada la costumbre romana de poner a las hijas el nombre del padre.

Pero su pretendiente la acusó ante el procónsul Pascasio debido a que era cristiana, en tiempos del emperador Diocleciano.

[3]​ Cuando Lucía fue arrestada bajo la acusación de ser una cristiana, Pascasio le ordenó que hiciera sacrificios a los dioses.

Los soldados la tomaron para llevársela, la ataron con cuerdas en las manos y en los pies, pero por más que se esforzaban no podían moverla: Lucía permanecía rígida como una roca.

Al enterarse de lo sucedido, Pascasio ordenó someterla a suplicio con aceite y pez hirviendo, pero no logró hacerla desistir.

[3]​ El relato griego —que data del siglo V— y el relato latino —datado del siglo VI al VII— son idénticos en lo fundamental, aunque difieren en algunos detalles finales: según el martiryon griego Lucía fue decapitada, en tanto que según la passio latina, fue martirizada por uno o varios golpes de espada.

Según la tradición, su historia se divulgó por toda Siciliaː "consagró su virginidad con el martirio, pues a Dios agrada tu pureza y santidad".

Juicio de Santa Lucía
Reliquia de primer grado de Santa Lucía Virgen y Mártir
Lucía de Siracusa